El Consistorio ha creado en torno a este infraestructura una gran zona ajardinada con la plantación de tres grandes árboles de Brachichito, así como una Jacaranda mimosifolia, diferentes tipos de palmeras y más de 3.400 ejemplares entre flores y plantas arbustivas
Marbella cuenta desde ahora con un nuevo pulmón verde en pleno corazón de la ciudad. La rehabilitación del entorno del Faro de Marbella, impulsada por el Ayuntamiento con el apoyo de la Diputación de Málaga, ha permitido no solo abrir este espacio al mar y a los vecinos, sino también crear una gran zona ajardinada que refuerza la sostenibilidad y la calidad de vida urbana. Un espacio al que el Consistorio ha aportado tres grandes ejemplares de árbol Brachichito, una Jacaranda mimosifolia, diferentes tipos de grandes palmeras, así como más de 3400 unidades entre plantas arbustivas y flores.
Un espacio verde con identidad propia
El proyecto ha puesto especial atención en la preservación y cuidado del arbolado existente, con tareas de mantenimiento, poda y recuperación de ejemplares de gran valor. Además, se han sembrado nuevos árboles y plantas ornamentales, lo que ha permitido ampliar de forma notable la masa vegetal del entorno.
El resultado es un espacio verde dinámico y accesible, donde las zonas ajardinadas conviven con áreas de paseo, sombra y descanso, convirtiendo el Faro en un enclave de esparcimiento pensado tanto para los vecinos como para los visitantes.
Agua y sostenibilidad en el diseño
Otro de los aspectos destacados de la rehabilitación ha sido la creación de nuevas zonas de agua y elementos de riego sostenible, que garantizan el cuidado del arbolado y de las plantaciones. Estas actuaciones contribuyen a consolidar el Faro como un espacio ecológico y de futuro, integrado en la estrategia municipal de hacer de Marbella una ciudad más verde y respetuosa con el medio ambiente.
Turismo, ocio y naturaleza unidos
El nuevo Faro no solo es un referente medioambiental. El espacio incluye también una sala de usos múltiples para actividades sociales y culturales, así como las nuevas oficinas de turismo, que están en proceso de equipamiento y se convertirán en un servicio de referencia para los visitantes.
Una apuesta por la ciudad del futuro
Con esta transformación, el Ayuntamiento reafirma su compromiso de poner en valor los espacios públicos y, al mismo tiempo, generar áreas verdes que mejoran la vida de los ciudadanos.
El Faro de Marbella es ya un símbolo de la ciudad que mira al futuro: un enclave abierto al mar, a la cultura y al turismo, pero también al medio ambiente, con un pulmón verde que enriquecerá la vida urbana durante las próximas generaciones.
