
El temporal de viento y fuerte oleaje que afecta este domingo a Marbella ha vuelto a provocar daños en el litoral y en infraestructuras públicas, obligando a los servicios municipales a intervenir de urgencia para retirar residuos, arena y restos arrastrados por el mar.
Una situación que se repite cada invierno ante la falta de actuaciones estructurales por parte del Gobierno de España, responsable de la protección del litoral.
Las imágenes tomadas hoy muestran con claridad el impacto del temporal en distintas zonas de la costa: acumulación de piedras, restos orgánicos y basura, accesos afectados y espacios públicos deteriorados por la acción del oleaje. Escenas que, lejos de ser excepcionales, se han convertido en habituales cada vez que se registran episodios de fuerte mar en Marbella.
Desde hace años, el Ejecutivo central viene anunciando de forma reiterada la construcción de espigones como solución para frenar la regresión de las playas y minimizar los efectos de los temporales. Sin embargo, esos anuncios no se han traducido en obras reales. Los proyectos se dilatan, los plazos se incumplen y los espigones siguen sin ejecutarse, mientras la ciudad continúa sufriendo las consecuencias de esa inacción.
Ante esta situación, vuelve a ser el Ayuntamiento de Marbella el que debe actuar con medios propios para paliar los daños provocados por el temporal, movilizando personal y recursos municipales para limpiar las zonas afectadas y garantizar la seguridad de vecinos y visitantes. Una respuesta necesaria, pero que evidencia un desequilibrio competencial, ya que se trata de actuaciones que deberían venir acompañadas de soluciones definitivas por parte del Estado.
El nuevo episodio registrado este domingo vuelve a poner de relieve la necesidad urgente de que el Gobierno de España actúe de una vez por todas sobre el litoral marbellí. La falta de espigones no solo agrava el impacto de cada temporal, sino que acelera la pérdida de arena, incrementa los costes de mantenimiento y afecta directamente a la imagen turística de la ciudad.
A esta situación se suma el silencio de la diputada nacional por Málaga, Isabel Pérez, que no se ha pronunciado sobre los efectos del temporal ni sobre la necesidad de impulsar soluciones reales para Marbella desde el ámbito estatal. Una ausencia de posicionamiento que contrasta con la gravedad de los daños que se repiten año tras año y con las demandas históricas de la ciudad.
Ese silencio se produce, además, en un contexto en el que la diputada tampoco ha mostrado una posición clara ante los casos de corrupción y machismo que afectan a su partido a nivel nacional, generando una sensación de desconexión con los problemas reales que preocupan a los ciudadanos.
Los temporales no son hechos imprevisibles. Son episodios recurrentes que requieren planificación, inversión y voluntad política. Marbella lleva años reclamando actuaciones estructurales que pongan fin a esta situación, sin que hasta ahora se hayan materializado compromisos efectivos.
Mientras los espigones siguen sin llegar, Marbella continúa pagando las consecuencias. Cada nuevo temporal supone más daños, más costes y más intervenciones municipales. La ciudad vuelve a exigir respuestas y soluciones, no más anuncios.







