El Ayuntamiento mantiene activo durante el periodo del estado de alarma por el Covid-19 decretado por el Gobierno central el plan para el control de plagas en el arbolado, que entró en funcionamiento a principios del mes de marzo y que, en total, tratará más de 3.400 árboles del término. Según ha explicado el concejal de Parques y Jardines, Diego López, hasta el momento se ha actuado en un total de 1.430 jacarandas y 130 ficus de la ciudad, mientras que en la segunda quincena de abril los trabajos se centrarán en 620 unidades de melias. “La lucha biológica en la masa arbórea de nuestra ciudad, una de las más extensas y mejor conservadas de toda España, es un medio para la mejora de la salud ambiental”, ha subrayado el edil, quien ha remarcado que se está interviniendo “de mano de los mejores especialistas nacionales en sanidad vegetal, junto con los técnicos de la propia delegación”.
?“Para poder garantizar esa salud ambiental es fundamental el trabajo de prevención y curación de las plagas”, ha remarcado el edil, quien ha indicado que la nueva fase del plan municipal de lucha biológica se focalizará en el tratamiento de la plaga de cochinillas en las melias, también conocidas popularmente como cinamomos o árboles del paraíso. “Nuestra prioridad es proteger el patrimonio vegetal de nuestra ciudad por la cantidad de beneficios que reporta, como la sombra, la calidad de aire o la reducción de ruido”, ha afirmado, al tiempo que ha incidido que en el caso de las melias “son la más eficiente, al tratarse de una de las grandes generadoras de oxígeno”. En este sentido, ha puesto el acento en que una calle con 10 de estos árboles absorbería al día el CO2 emitido por 10.373 vehículos, “por lo que si vamos a actuar sobre 620 ejemplares y más de 42.100 metros cuadrados, esta masa arbórea absorbería el CO2 de unos 643.126 vehículos cada día”.
?Respecto al tratamiento elegido, ha indicado que tiene un efecto “curativo y preventivo necesario para reducir la plaga y evitar su futura aparición”, de la que ha incidido en las molestias que origina “al generar gran cantidad de melaza que ensucia aceras, mobiliario urbano y vehículos, y ocasionar molestias a vecinos y usuarios”. En lugar de emplear métodos químicos, se optar por uno “totalmente inocuo para la salud de las personas y animales”, que consiste en la liberación de insectos sobre unas cajitas colocadas en los troncos de los árboles, en concreto el Cryptolaemus montrouzieri, que tiene una marcada preferencia por las cochinillas algodonosas, y que eliminará varias individuos de cochinilla a lo largo de su ciclo vital con el fin de alimentarse. “Únicamente acaban con los insectos que se alimentan del árbol y lo dañan, respetando la fauna autóctona beneficiosa”, ha concluido.