El Estadio Municipal de la ciudad por fin está más cerca de recibir un lavado de cara por razones de seguridad y para que la instalación mejore su imagen, la cual no es digna del prestigio que tiene Marbella como municipio turístico de primer nivel. Y es que la licitación de las obras de mejora del estadio ya se encuentra en su fase final, pendiente de los últimos trámites administrativos. Según informa el Ayuntamiento, estas obras tienen como prioridad el arreglo de los graderíos descubiertos que presentan graves deficiencias estéticas, funcionales y estructurales, que ya han dado más de un susto a los espectadores.
Las obras cuentan con un presupuesto de 300000 euros y un plazo de ejecución de cuatro meses. Los fondos del estadio llevan ya muchos años cerrados por peligro de derrumbe y ahora es la zona de preferencia la que está dando problemas, que hasta este momento por fortuna no han acabado en desgracia. Se trata, por tanto, de una intervención urgente que no excluye un posterior proyecto de reforma más ambicioso para transformar la instalación en un estadio moderno y a la altura de una ciudad como la nuestra. Como habitual asistente a los partidos del Marbella FC, creo que la mejor solución sería un estadio nuevo que se construyera por partes como el actual Estadio de la Rosaleda de Málaga o el Ramón de Carranza de Cádiz.
El Estadio Municipal se inauguró en 1975 y desde entonces apenas ha tenido remodelaciones. Nunca ha sido una instalación demasiado confortable y los espectadores no se encuentran a resguardo de las inclemencias del tiempo excepto en la zona del palco. Además, las gradas están alejadas del terreno de juego evitando que los jugadores sientan más cercano el aliento de los aficionados y que los equipos visitantes sufran la presión de la hinchada local. En definitiva, hace falta un estadio que recuerde el gran ambiente que había en el viejo Francisco Norte.