Como ya comenté hace varias semanas, la buena dinámica en juego y resultados del Marbella FC anunciaba que el objetivo principal de la permanencia podía conseguirse sin problemas con bastante antelación y que, una vez alcanzado, el equipo local aún podría luchar por un puesto en la próxima Copa del Rey intentando lograr una de las plazas por puntuación como hace dos temporadas. En estos momentos, a falta de nueve partidos, los blanquillos tienen ya encarrilada la permanencia y pueden centrarse en ese nuevo reto mientras certifican matemáticamente su objetivo principal. Se trata de un reto ambicioso pero el equipo local está demostrando que está preparado para asumirlo, sobre todo realizando partidos como el último en casa ante el Ibiza.
Contra el equipo entrenado por Pablo Alfaro, que tiene uno de los presupuestos más altos de toda la categoría, el equipo jugó su mejor partido de la temporada destacando, una vez más, su seguridad defensiva y contando además con una gran eficacia de cara a gol, el detalle que le faltaba para aspirar a luchar por este nuevo reto. Cubillo ya ha dado con su once ideal y están brillando jugadores con mucha movilidad como Juergen, Juanma y Paulo Vitor, que son una pesadilla para los defensas rivales.
En el centro del campo la aportación de Samu Delgado y Faurlín ha subido mucho el nivel del equipo mientras que en la defensa existe una competencia encarnizada entre sus miembros, que muestran un rendimiento extraordinario. En la primera vuelta, precisamente, la línea defensiva fue el talón de Aquiles del equipo blanquillo y ahora es su principal punto fuerte por su solidez inquebrantable. Para terminar, debo reiterar la buena gestión de los nuevos dirigentes del club que ha dado tranquilidad al equipo. Lo único que empaña la buena situación del club sigue siendo el lamentable estado del Estadio Municipal, que en las últimas semanas ha vuelto a padecer desprendimientos en sus gradas.