El Marbella FC jugó ayer ante el CD Badajoz en el Estadio Municipal un partido de liga que será recordado más allá de lo deportivo por el gran recibimiento que tuvo uno de los jugadores del equipo extremeño, el interior zurdo Álex Herrera. Se trata de uno de los héroes del ansiado ascenso a Segunda B que logró el conjunto local hace tres años, un futbolista que dejó una enorme huella entre la afición blanquilla y la ciudad en general durante sus tres temporadas de estancia en el club. Jugó más de cien partidos siendo siempre un jugador fundamental en los planes de los distintos entrenadores que han pasado por el banquillo del equipo local. Pero Álex Herrera no sólo es recordado por su buen hacer en el terreno de juego. También se ganó el respeto del vestuario en cada temporada llegando a ser uno de los capitanes de la plantilla. Además de su calidad como futbolista y su compromiso con el club, el jugador pacense demostró una gran calidad humana como tuve ocasión de comprobar personalmente. Son múltiples las muestras que dio de ella como sus bonitos gestos de apoyo a Paola Martín y su familia en la lucha contra la fibrosis quística; y también su implicación con el fútbol base local como entrenador en el Atlético Marbellí.
Por todo ello, el futbolista extremeño se ganó con todo merecimiento el cariño de la afición local, que siempre valora positivamente la entrega en el campo y la cercanía fuera del mismo. Ese cariño se ha visto reflejado en el día de ayer así como en los días previos a través de las redes sociales con gestos y mensajes muy emotivos. No es nada fácil dejar un recuerdo tan grato en una afición, y aún más cuando no se trata de un jugador local, pero Álex Herrera ha desmentido todos los tópicos al respecto mostrando su enorme calidez personal.