Alexander Grinberg, presidente y máximo accionista del Marbella FC, dejó bien clara la semana pasada su intención de seguir en el club afirmando rotundamente que no piensa venderlo y que tampoco se necesita por ahora a ningún inversor. El mandatario ruso ha vuelto a retomar el control total del club tras la marcha amistosa de su socio Raffaele Pandalone, que le ha devuelto sus acciones desvinculándose definitivamente de la entidad. La infructuosa gestión deportiva del inversor italiano y la poca fiabilidad de posibles inversores asiáticos han llevado a Grinberg a asumir en primera persona el próximo proyecto deportivo del club, un nuevo reto que tendrá un presupuesto menor que el de la pasada temporada, aunque no por ello dejará de ser bueno y adecuado al objetivo de estar lo más arriba posible.
El presidente confía plenamente en el trabajo de Jorge Rodríguez de Cózar como nuevo director deportivo y se muestra feliz e ilusionado gracias a la unión que percibe ahora en todas las áreas del club. También tuvo palabras, sin nombrar a nadie en concreto, para algunos jugadores que en su opinión no se comportaron como profesionales y a los cuales culpa del bajón del equipo en la recta final de la reciente temporada. Esos jugadores no seguirán y se apostará por aquellos que quieran al equipo y que respeten tanto al club como a la afición.
El club local quiere contar con un bloque de diez a doce jugadores de la pasada temporada y ya se rumorea la vuelta de algunos que dejaron un gran recuerdo por su compromiso y sacrificio con el equipo como Sergio Narváez y Airam Benito. Grinberg ha asegurado que la próxima plantilla tendrá buenos sueldos pero habrá un mayor control de los gastos en la gestión deportiva para no repetir los dispendios de la anterior campaña. Y para terminar, debo resaltar que el presidente cuenta con el apoyo de la mayoría de la afición pero necesitaría un mayor respaldo de las empresas locales para incrementar su inversión.