Como suele decirse, no cabía ni un alfiler. La Iglesia de La Encarnación se abarrotaba, desde antes de que el reloj marcara las diez, para dar su último adiós a Francisco Echamendi, el sacerdote durante más de 30 años de la parroquia que hoy le despedía para siempre. Su funeral ha estado repleto de emoción y sentimiento, en una misa que ha sido oficiada por el obispo de Málaga, Jesús Catalá, y en la que se han dado cita muchos conocidos del ámbito social, y sobre todo religioso del municipio. Entre ellos el presidente de la Agrupación de Cofradías, Salvador de la Peña, así como representantes del ámbito institucional, que también, junto a los vecinos han querido despedir a Echamendi. El alcalde José Bernal, junto a la presidenta del PP, Ángeles Muñoz, así como la vicepresidenta de la Diputación de Málaga, Francisca Caracuel; el edil de Hacienda, Manuel Osorio y el de Limpieza, Francisco García, ocupaban el primer asiento de la parroquia en el funeral de Don Francisco, como se le llamaba popularmente. También asistieron los concejales del PP José Eduardo Díaz y Carlos Alcalá. Muchas coronas de flores sobre su féretro, acompañado de todos los que no han querido perderse la despedida al que también Hijo Adoptivo de la ciudad. De hecho, las banderas del Ayuntamiento ondean desde ayer a media hasta por los dos días de luto decretados por el Consistorio. Son muchos los que han dedicado palabras a la labor de este párroco, un sacerdote cuya labor trascendió más allá de lo religioso, llegando a todos los ámbitos de la vida.
Para muchos fue una referencia moral, teniendo siempre un gran compromiso con la iglesia y Marbella. Se jubilaba hace unos años, pero nunca abandonó la que fue su ciudad durante más de tres décadas; decidió seguir viviendo en Marbella, junto a su hermana María Jesús.
Precisamente, el obispo destacaba «el tiempo» que Echamendi había dedicado a la ciudad y sus vecinos, no sólo en el ámbito religioso, sino también en muchos otros.
Desde que ayer a primera hora se conociera la triste noticia, Marbella comenzaba a rendirle homenaje en la capilla ardiente instada en San Juan de Dios, donde muchos acudieron también para despedir al sacerdote; entre ellos incluso el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, que se trasladó hasta la ciudad para rendir sus respetos a Echamendi, pero sobre todo muchos vecinos anónimos, que probablemente, la mayoría de ellos, habrán recibido más de un sacramento, como de manos de este párroco.
El funeral fue oficiado por el obispo de Málaga
Don Francisco siempre será recordado por su labor religiosa, pero también por su vinculación con la ciudad que trascendió a muchos más ámbitos, como al periodístico, labor que también desempeñó e incluso estando presente en el educativo; hay que recordar que un centro educativo fue bautizado con su nombre. Hoy en su funeral, la que fuera directora del colegio Monseñor Rodrigo Bocanegra, ubicado junto a la iglesia de La Encarnación, Beatriz Sánchez, también acudía al funeral, aunque ayer ya tuvo unas emotivas palabras para Don Francisco. “Hoy la mañana se ha levantado más fría y sombría, se marchaba un navarro de nacimiento y marbellero de corazón”, escribía ayer en sus redes sociales para despedirse del párroco.
