La conocida batalla como ‘Los últimos de Filipinas’ fue una anécdota militar y célebre por lo insólita de la misma. Medio centenar de militares se hallaron encerrados durante 337 en una iglesia de Baler, en Filipinas, donde resistieron, ante la incredulidad del teniente Saturnino Martín de que la guerra había terminado y que España se había rendido, hecho con el que llegaba el final del Imperio Español. Este viernes llega a los cines la película dirigida de Salvador Calvo que recrea este hecho militar de la historia española, un largometraje, del que, en la realidad del mismo formó parte el marbellí Rogelio Vigil de Quiñones; él fue uno de los supervivientes del asedio de Baler, donde ejerció como médico. Su papel en la gran pantalla estará interpretado por el actor Carlos Hipólito, que estará acompañado de un reparto de lujo completado por Luis Tosar, Javier Gutiérrez, Álvaro Cervantes, Karra Elejalde, Ricardo Gómez, Patrick Criado, Miguel Herrán, Emilio Palacios y Eduard Fernández. La película ‘1898. Los últimos de Filipinas’ vuelve a la actualidad esta parte de la historia, una epopeya militar a la que no es la primera vez que se hace alusión en los últimos tiempos, también lo hacía recientemente la galardonada serie de TVE ‘El Ministerio del Tiempo’ con el cierre de su segunda temporada, donde sus dos últimos capítulos recreaban el asedio de ‘Los Últimos de Filipinas’ y en la que Vigil de Quiñones estuvo interpretado por el actor Paco Marín.
La figura de Quiñones siempre ha estado muy presente en la ciudad, no en vano, hace un par de semanas el Ayuntamiento le homenajeaba con una ofrenda floral en su casa natal, ubicada en el corazón de Marbella, en calle Nueva.
Y es que más allá de sus valores militares, Vigil de Quiñones destaca también por su gran aportación a la medicina, al descubrir, en pleno asedio y sin apenas medios, un remedio para acabar con el beriberi o fiebre amarilla, una de las enfermedades que acabó con la vida de muchos de sus compañeros en Baler. De hecho, él mismo fue víctima de la misma, pero gracias al antídoto que elaboró logró salvar su vida y la de otros muchos.
El próximo 1 de enero se conmemora su nacimientos; fue en 1862 en calle Nueva. El marbellí fallecería en Cádiz el 7 de febrero de 1934 siendo enterrado en esta localidad. Poco tiempo después sus restos son trasladados al Cementerio de la Almudena, en Madrid, donde se encuentra el Panteón de los Héroes que homenajea a los combatientes de Cuba y Filipinas.