Después de asistir a mi primer partido de la temporada en el Estadio Municipal pude constatar en vivo y en directo la gran imagen que el Marbella FC está dando en las primeras jornadas de competición. La liga acaba de empezar y es muy pronto para pensar en el sueño de intentar el ascenso a segunda división pero hay motivos para ilusionarse con el equipo. En primer lugar, hacía mucho tiempo que no veía jugar tan bien al conjunto local, que ahora siempre practica un fútbol ofensivo tanto en casa como fuera. Sin descuidar la defensa, el equipo trata de dominar los partidos y de jugar al ataque, un estilo favorecido por la valentía y las ganas de triunfar que suelen tener los entrenadores debutantes como es el caso de Mehdi Nafti, que hace poco se sacó el título. En segundo lugar, el equipo cuenta con jugadores que permiten ese fútbol ofensivo y que han llegado gracias al dinero aportado por el inversor italiano asociado con el presidente Grinberg, un capital que ha elevado el presupuesto del club para esta temporada.
En otras ocasiones he hablado sobre algunos de los nuevos fichajes pero esta vez quiero destacar a uno en concreto, el sanluqueño Kike Márquez. Se trata de un jugador de gran calidad y muy desequilibrante que está siendo decisivo con su juego y sus goles en este inicio de temporada.
Y en tercer lugar, y como consecuencia de los anteriores motivos, la afición está ilusionándose con el equipo, algo nada fácil tras las últimas decepciones.
Los resultados y el buen juego son argumentos suficientes para animar a la afición local tanto ahora como en otras épocas pero todo puede cambiar cuando lleguen las derrotas, las cuales llegarán en una temporada tan larga. Tradicionalmente, los aficionados locales enseguida se desaniman con los malos resultados pero esta temporada tienen motivos para mantener la ilusión y deben apoyar al equipo en todo momento.
