Por tercera vez en esta Vuelta a España, el nombre de Luis Ángel Maté es sinónimo de corredor más combativo. El ‘Lince Andaluz’ ha vuelto a hacer una de sus actividades favoritas, que es fugarse del pelotón, y ha logrado por ello la recompensa del dorsal rojo. Es el ciclista que más veces lo ha logrado en esta Vuelta. Y es que Luis ha preparado a conciencia esta carrera, y eso se nota: “Para mí estar en la Vuelta es un orgullo y me encanta honrarla como mejor sé, que es compitiendo. Estoy siendo protagonista y desde luego que lo voy a seguir intentando”, dice como declaración de intenciones de aquí al final de carrera. Y es que, en total, lleva ya 506 kilómetros en fuga en esta ronda española: “Cada etapa es una oportunidad y mi momento de forma es muy bueno. Hay que aprovecharlo”.
Desde luego que es bueno, hasta el punto de encontrarse con los más fuertes de la carrera en las etapas de los Pirineos. Tanto en Formigal como en el Aubisque estuvo junto a Froome e incluso, ante la indecisión de los favoritos, llegó a marcharse por delante. A su ritmo y sin locuras, pero mostrando sus buenas piernas: “Todo el trabajo sale a relucir ahora, y eso es bueno. Detrás de una Vuelta hay toda una vida de entrenamiento y no sólo yo, también la gente que está conmigo, mi familia y las personas más cercanas comparten ese sacrificio. Verse a estas alturas de carrera, con los nombres que hay y junto a ellos es una muy buena señal de que el trabajo se está refrendando en la competición”, explica el ‘Lince Andaluz’.
En concreto han sido tres las etapas en las que Luis se ha metido en la fuga del día -Sanabria, Lagos y hoy, en Peñíscola-, pero en casi todas las jornadas en línea su nombre ha sonado por las emisoras de Radio Vuelta como provocador de cortes e intentos de escapada. En Puebla de Sanabria, la primera de ellas, no sólo entró en la escapada. Cuando alcanzaron a su grupo, en el momento en que las cosas se pusieron serias, volvió a atacar e hizo una segunda fuga: “Nos cogieron a poco más de cinco de meta y, en parte, porque no hubo colaboración en el grupo”.
Después de cuatro escapadas y un montón de intentos de corte, Maté sigue con la vista puesta en la última semana donde ve “al alcance” ese objetivo de victoria de etapa tanto para él como para su equipo: “Si le quitamos la crono y el día de Madrid, en esta semana hay menos posibilidades aún. Pero cada día es una opción y hay que pelear por ello. Es verdad que los días después del descanso no se me suelen dar bien, pero creo que ganar una etapa es un objetivo que tenemos al alcance, y por ganas y esfuerzo no va a quedar”.
La Vuelta a España ha entrado ya en su recta final, y el Lince Andaluz sigue fiel a su estilo ofensivo, vistoso y competitivo. Aún quedan varias jornadas hasta el final. De momento, el miércoles en Castellón volverá a tomar la salida con el dorsal rojo a la espalda. El color que refleja mejor su condición de ciclista combativo.
