La situación de quiebra económica en la que se encontraba el Ayuntamiento hace ocho años, obligó al actual equipo de Gobierno, con la alcaldesa, Ángeles Muñoz a la cabeza, a que se pusieran manos a la obra para enfrentar una ardua tarea: la recuperación económica de una administración que había sufrido el mayor expolio económico acontecido en una entidad pública hasta el momento. El trabajo comenzó bajo unas premisas que se ejecutaban con el objetivo de alcanzar la estabilidad presupuestaria de la que goza ahora el Ayuntamiento, un saldo positivo de 44 millones de euros, al cierre del ejercicio, que permite llevar a cabo medidas de gran calado en el ámbito económico. Entre ellas, destacan la bajada del tipo impositivo del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) en un 25 por ciento más, situando este en el 0,66 por ciento, lo que supone “la mitad desde que llegamos en 2007”, tal y como indicó la alcaldesa.
Irene Catalán
Pero hasta llegar a este punto, el camino ha sido largo, y el Consistorio se vio obligado, entre 2007 y 2011, a aprobar un Plan de Ajuste Extraordinario. Este último año fue el punto de inflexión donde el Ayuntamiento comenzaba a dar visos positivos, cerrando la liquidación del ejercicio 2012 con un superávit de once millones de euros, cifra que siguió creciendo en el siguiente año, propiciando un crecimiento positivo que alcanzó los 33 millones al cierre de 2013.
Esta evolución positiva de las cuentas permitió que el Ayuntamiento fuera capaz de asumir bajadas del tipo impositivo del IBI, un 15 por ciento “acumulado en los dos últimos años”.
Esta estabilidad presupuestaria de la que se empezó a dar síntomas hace aproximadamente dos años, ha seguido cuatro pilares básicos a los que la propia alcaldesa hacía referencia; “prudencia, buena gestión, ajustes en el gasto público unido a la capacidad de solvencia y recuperación de la propia ciudad”. En este último apartado, la labor del tejido empresarial de la ciudad ha sido un eje esencial mucho más si se tiene en cuenta el propio auge de la apertura de nuevos negocios en la localidad. Los últimos datos arrojados por el Consistorio en este sentido confirman este hecho; tan sólo en los primeros cuatro meses de este año, las licencias de apertura han registrado una subida del 58 por ciento con respecto a 2014.
EJERCICIO DE RESPONSABILIDAD
Otro de los parámetros que también han arrojado datos positivos, gracias a la gestión en el ámbito económico, ha sido la reducción de la deuda heredada desde 2007 en casi 220 millones de euros, pasando de los 598 a lo 374 actuales.
Todos estos parámetros permiten que sea ahora el momento en el que se pueda ejecutar la reducción del tipo impositivo del IBI, en una bajada que además se verá acompañada de “las
subvenciones para los más necesitados”. El hecho de anunciar esta medida ahora se debe a que si se hubiera hecho antes, respondería a un “acto de irresponsabilidad, que hubiese puesto en riesgo la estabilidad presupuestaria del municipio”, tal y como explicó la regidora.
El superávit de los dos últimos años permite que también se puedan poner en marcha otra serie de medidas que irá en beneficio directo para los bolsillos de los ciudadanos. Entre ellas, la nueva ordenanza de la Tasa de Residuos Urbanos Sólidos, que reducirá la propia disparidad existente entre el centro urbano y las urbanizaciones.
Las plusvalías serán otros de los impuestos que se reducirán en el caso de que la actual alcaldesa revalide su mandato, ya que según anunció se “reducirá en un 30 por ciento que podría llegar al 90 por ciento en los casos de herencia directa”.