La Semana Santa no sólo se erige como ese periodo de reflexión y recogimiento, sino que también es una festividad donde la gastronomía retoma protagonismo, principalmente en aquello que tiene que ver con la vertiente más dulce de la restauración. Y es que estos días, cargados de espiritualidad para los más devotos, también suponen diversión para los que aprovechan para viajar en estas vacaciones de pascua. Lo que es seguro es que todos disfrutaremos de los dulces típicos de Semana Santa que se han heredado de la tradición de cuaresma. La vigilia que prohibía comer carne, potenció la imaginación de cocineros, pasteleros y amas de casa a ofrecer otro tipo de platos con alimentos que sí podían comer. Así surgió un sinfín de recetas pascuales para estas fechas, elaboradas la gran mayoría a base de leche, harina, huevos, mantequilla, azúcar o miel. Otro ingrediente muy utilizado es el pan, ya que es uno de los símbolos de la última cena y es de los principales ingredientes que deben estar presentes en nuestras mesas para estas fechas.
Redacción
Surge así el dulce estrella de estas fiestas, las torrijas. En los obradores de pastelería se empiezan a elaborar las torrijas cuarenta días antes de la Semana Santa, y es que este dulce se vende tanto en Semana Santa, que en muchas pastelería siguen con la producción durante esta semana. Lo más importante para que queden exquisitas es el pan, ya que para tener unas torrijas con mejor sabor usaremos un pan enriquecido con mantequilla y azúcar. Hoy en día ya venden en los supermercados el pan especial para hacer torrijas. Aparte de las tradicionales hechas en leche, existen diferentes variedades a las cuales por ejemplo se le añade un poco de vino dulce a la leche o se terminan con chocolate.
Otros de los dulces estelares de estas fechas son los pestiños, las tortas de aceite, las flores de sartén, los roscos fritos, la leche Frita y los buñuelos.