El PSOE riega con decenas de millones a los medios para impulsar la campaña de acoso contra Ángeles Muñoz
El Gobierno de Pedro Sánchez vive sus horas más bajas ante un panorama poco alentador en el que debe afrontar episodios tan complicados como el ingreso en prisión de José Antonio Griñán por el mayor escándalo de corrupción en España, con el desvío por parte del PSOE en Andalucía de cerca de 700 millones de euros, o la planificada reforma del Código Penal para contentar a sus socios independentistas de Cataluña derogando el delito de sedición. El PP de Alberto Núñez Feijoo sigue su tendencia al alza mientras su partido se desmorona en intención de votos. Los socialistas buscan a la desesperada un nuevo foco de distracción para desviar la atención sobre lo que se les avecina y, al mismo tiempo, intentar desgastar la imagen del Partido Popular y frenar su escalada. No saben cómo hacerlo ni por dónde tirar. Y es entonces cuando, entre la angustia y el pesimismo, se perpetra la estrategia de linchamiento.
- “Hay un auto de procesamiento en el que está el hijastro de la alcaldesa y su marido”.
- “No, el marido ya no está encausado, el juez lo ha sacado del procesamiento”.
- “No importa, solo hablaremos del primer auto”.
- ¿Y la alcaldesa, qué tiene que ver ahí?
- “Da igual, sembraremos la duda de que está implicada. Ella y su Gobierno. No, mejor todo el Ayuntamiento, como en la época de Gil, eso se vende bien, y más contando con los medios que tenemos….”
- ¿Pero como vamos a hablar de corrupción? Y menos en Marbella, donde nosotros pactamos con el GIL, con Roca, y gobernamos con Yagüe y con el ‘caso Malaya’…Y tenemos los ERE, con Chaves, con Griñán, con la mujer de Espadas imputada…Es una locura.
- “Nada, nada…a machacar a la alcaldesa de Marbella”.
Y así, bajo esa consigna, se puso en marcha la mayor ofensiva mediática contra un político en la historia de la democracia española. Reuniones con responsables de medios de comunicación y el mayor desembolso económico por parte del Gobierno de la Nación en publicidad en los últimos 13 años (desde Rodríguez Zapatero) para construir una campaña de acoso brutal contra Ángeles Muñoz en la que la verdad, e incluso la Justicia, ha pasado a un segundo plano. La escandalosa estrategia del ‘todo vale’ impulsada por el PSOE, con la colaboración de muchos medios de comunicación, se ha convertido en un indecente capítulo de terror -que roza el terrorismo machista- en el que no faltan elementos de intriga y ciencia ficción. Supuestos emails robados, memes escabrosos y hasta motoristas fantasmas.
Da igual que la Audiencia Nacional no vincule a la alcaldesa de Marbella ni al Ayuntamiento en el auto de procesamiento. No importa que la Fiscalía archivara en 2017 la denuncia presentada por el PSOE manejando lo que pueden ser correos electrónicos sustraídos de cuentas personales e institucionales. Ignoremos que Ángeles Muñoz ha presentado y ha hecho pública su declaración de la renta. E, incluso, carguemos contra los jueces cuando le dicen a Bernal que no puede personarse en la causa porque no hay en toda la investigación ningún indicio de los delitos sobre los que el PSOE pretende manchar el nombre de la regidora, del Ejecutivo local, de los funcionarios del Consistorio y de la ciudad de Marbella. ¿A quién le importa la Justicia?
Que la verdad no arruine un buen titular. Difama, que algo queda. El PSOE utiliza todo el engranaje periodístico para hacer pasar por ciertas informaciones sesgadas -o simplemente inciertas- y cultivar y extender la duda y la sospecha por todo el país para que se hable de este tema, intentar desgastar al PP y acallar sus escándalos. Marbella no lo merece. Su alcaldesa, tampoco.
