El sexto Festival de Poesía Marpoética se inauguró anoche en el Teatro Ciudad de Marbella con la presencia de tres autoras ganadoras del Premio Nacional de Poesía: Aurora Luque, Miren Agur Meabe y Ángeles Mora. Las tres escritoras hablaron de sus inicios en la literatura y sobre sus genealogías poéticas en una velada en la que estuvieron muy presentes otras autoras del pasado como Safo, Santa Teresa de Jesús, Emily Dickinson, George Sand o Rosalía de Castro. La velada se completó con un concierto de la cantante vasca ‘La Bien Querida’, que en su actuación desgranó buena parte de su repertorio. Presentó la velada el poeta y director de Marpoética Javier Vicedo.
El acto arrancó con unas palabras de la directora general de Cultura de Marbella, Carmen Díaz, que recordó que esta edición de Marpoética gira alrededor de la palabra y en especial del texto de la autora norteamericana Emily Dickinson en el que afirma que “no conoce nada en el mundo que tenga el poder que una palabra”. Explicó que “las palabras estallan, crean el mundo, lo transforman, lo explican, nombran, acarician o golpean y multiplican su significado hasta el infinito”. Díaz agradeció también la presencia de todos los poetas de diversas generaciones que dan vida a Marpoética y que, según señaló, “son los que mejor moldean la palabra convirtiéndolas en asombrosas efinanías que nombran mundos nuevos.”.
Asimismo, detalló que la sexta edifición del festival se desarrollará a lo largo de quince días“en una ciudad empapelada de poesía y agradecida a los poetas”. También recordó la importante participación de centros educativos y las diferentes actividades paralelas, “que han ido creciendo con los años”. Recordó dos importantes novedades de esta edición, la convocatoria del I Premio de Poesía Cosmopoética, cuyo fallo se dará a conocer en la clausura y que saldrá publicado en la prestigiosa colección Visor, y el hecho de que a partir de ahora todas las ediciones tendrán un invitado de una disciplina creativa distinta a la poesía. En esta edición el creador elegido ha sido el Premio Nacional de Literatura Dramática Alberto Conejero.
La noche continuó con una charla y recital conducido por Javier Vicedo y con Aurora Luque, Miren Agur Meabe y Ángeles Mora como protagonistas. “No es fácil reunir a tres premios nacionales de poesía”, explicó el director del festival. Las escritoras hablaron de sus inicios y de su forma de entender la poesía, también de la tradición y de las mujeres escritoras que en el pasado fueron minusvaloradas o invisibilizadas. En cuanto al origen de su actividad creativa, Luque explicó que con el paso del tiempo le resulta difícil recordarlo y señaló que su amor por la poesía surgió de una suma de cuestiones. Aludió “a una parte musical de la palabra que me llegó a través de los poemas que mi padre me recitaba y también por los trabalenguas y juegos de palabras”. A ello sumó otros influencias más íntimas, como un ejemplar de `Platero y yo’, de Juan Ramón Jiménez, que cayó en sus manos o los libros infantiles de Enid Blyton y de Ana María Matute o la novela ‘Fabiola’, que le abrieron una ventana al misterio y a los clásicos.
Miren Agur Meabe, primera persona en lengua vasca en ganar el Premio Nacional de Poesía, recordó que en su infancia y juventiud ”cualquier reflexión que hacía por escrito lograba que algo se transformara”. “Mis instantes interiores se organizaban con la escritura y si me sentía con dificultad o temor y me ponía escribir luego me levantaba más fuerte”, explicó. La escritora vasca recordó también su especial relación con el euskera, que comenzó a aprender y a estudiar con 17 años como esta extensión de su compromiso con su territorio y con sus sentimientos. “Me di cuenta de que tenía unas lagunas enormes y de que mi caso no era una excepción, por eso entendí que si quería seguir escribiendo tenía que conocer a fondo el idioma”, afirmó. Agur Meabe se definió como “una activista de la lengua”.
La escritora cordobesa Ángeles Mora subrayó la capacidad que tiene la poesía para hablar, ya no en nombre del individuo, sino en el de la humanidad o de un colectivo como pueden ser las mujeres. “En un poema yo no escribo solo de mí sino que lo hago de todos y de todas”, indicó. Mora explicó también que a la mujer se la puso durante siglos “en el lugar de lo privado, en el hogar”, y que “hay que seguir dando pasos para seguir conquistando espacios públicos”. La noche concluyó como es costumbre en Marpoética al ritmo de la música, en este caso con un concierto acústico cargado de sensaciones y que ofreció La Bien Querida.