Protestas ciudadanas y críticas al Ejecutivo por el traslado de arena a otras zonas del litoral
El malestar ciudadano crece tras la decisión del Gobierno de Pedro Sánchez de retirar grandes cantidades de arena de la Playa del Cable, en Marbella, para ser trasladadas a otras zonas del litoral español. La medida, justificada por el Ministerio para la Transición Ecológica como parte de un plan de regeneración de playas, ha provocado la indignación de vecinos, empresarios turísticos y autoridades locales, que denuncian un “atentado” contra el entorno y la economía local.
“Nos están dejando sin playa y nadie nos ha consultado”, denunció un portavoz vecinal. La Playa del Cable, una de las más populares de la zona, ha comenzado a sufrir las consecuencias de la extracción, con visibles desniveles y reducción del espacio de arena.
El sector turístico teme un impacto negativo en la llegada de visitantes de cara a la temporada alta. “No entendemos cómo se toman estas decisiones sin evaluar el perjuicio para la economía local”, señaló un representante hotelero.
El Gobierno insiste en que la medida busca combatir la erosión costera y redistribuir la arena de manera estratégica, pero las explicaciones no han calmado la indignación. Plataformas vecinales y asociaciones ya han anunciado movilizaciones para exigir la paralización del traslado de arena y una revisión del plan de regeneración costera.