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miércoles, marzo 12, 2025
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De la sequía al exceso de agua: una combinación peligrosa para el arbolado urbano

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La caída de árboles en Marbella tras las lluvias evidencia los efectos del cambio climático

Las recientes lluvias intensas en Marbella, que han dejado acumulaciones de más de 110 litros por metro cuadrado el pasado fin de semana, han provocado la caída de entorno a una veintena de árboles en la ciudad. Desde que se iniciase el episodio de lluvias el pasado 28 de febrero, se han recogido más de 180 litros, lo que supone que, en prácticamente 10 días, se haya recogido la mitad de lo que llovió en todo el 2024. Este fenómeno, lejos de ser un evento aislado, responde a un patrón cada vez más común en las ciudades mediterráneas: periodos prolongados de sequía seguidos de precipitaciones torrenciales.

Una situación que Marbella ha experimentado de primera mano ya que hasta la última Orden del gobierno andaluz publicado en el BOJA, la situación de sequía en el municipio es de escasez moderada, una consideración que habrá que ver cómo evoluciona a tenor de las últimas lluvias, que han permitido que el embalse de La Concepción supere el 80% de su capacidad después de haber tenido que abrir sus compuertas para prevenir complicaciones. Expertos en arboricultura y cambio climático advierten que esta combinación extrema puede tener graves consecuencias en el estado de los árboles urbanos y en la seguridad ciudadana. El problema no es solo la cantidad de agua caída en poco tiempo, sino cómo afecta a un suelo previamente seco y compacto, que ha estado meses sin recibir humedad.

Las raíces, el punto débil del arbolado urbano

El paso de un periodo de estrés hídrico a una saturación repentina de agua genera serios problemas en el sistema radicular de los árboles. Durante la sequía prolongada, las raíces pueden perder anclaje en el suelo, ya que buscan desesperadamente humedad en las capas más profundas; debilitarse, reduciendo su capacidad de absorción de agua y nutrientes y volverse más superficiales, lo que afecta la estabilidad del árbol y lo hace más vulnerable ante eventos climáticos extremos.

Cuando, tras meses de sequía, llegan lluvias intensas en poco tiempo, el suelo no es capaz de absorber el agua de forma adecuada, lo que genera encharcamientos y dificulta la oxigenación de las raíces. Si un árbol ha estado en una situación de estrés hídrico y de repente se encuentra con un exceso de agua, su sistema radicular puede colapsar. No puede adaptarse a ese cambio tan brusco.

Un problema global

El fenómeno que ha afectado a Marbella se ha visto en otras ciudades del mundo, como son Barcelona, en la que la sequía de los últimos años ha supuesto la pérdida de casi 2000 ejemplares y que ha hecho que, al igual que se está haciendo en la ciudad, donde ya se han plantado más de 2000 árboles, se ponga en marcha un plan de reforestación.

Desde el área de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Marbella se han intensificado las labores de inspección y mantenimiento del arbolado urbano, que han llevado a la retirada de varios árboles por motivos de seguridad que han generado controversia.

No obstante, desde el área destacan la importancia de prevenir incidentes como los que se han vivido estos días e intensificará la evaluación del estado de los árboles, retirándose aquellos que puedan ser vulnerables y que podrían representar un riesgo tras los últimos episodios climáticos.

Con objeto de mejorar el estado del suelo, se está implantando de forma paulatina un sistema de riego por telegestión más eficaz y eficiente que tiene como objetivo mejorar el sistema de drenaje urbano.Además, se está procediendo a la reforestación de aquellos que tienen que ser retirados, así como de diversos tocones con especies más resilientes, adaptadas a los cambios climáticos y a la alternancia entre sequías y lluvias intensas y a las condiciones climáticas de nuestro municipio.

El cambio climático está obligando a repensar la gestión del arbolado urbano. No solo se trata de plantar árboles, sino de hacerlo con una planificación adecuada para que puedan resistir los cambios extremos que estamos viendo cada vez con más frecuencia, así como de retirar aquellos que puedan suponer un peligro para los vecinos.

Los episodios de lluvias torrenciales tras sequías prolongadas se han convertido en un reto para la gestión de los espacios verdes urbanos. Marbella, como muchas otras ciudades mediterráneas, deberá adaptarse a esta nueva realidad climática mediante estrategias sostenibles que protejan tanto a su arbolado como a sus ciudadanos.

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