El mercado inmobiliario vinculado al golf atraviesa un momento de gran dinamismo en España. Según datos de la Real Federación Española de Golf, el turismo de golf genera un impacto económico de 15.937 millones de euros anuales, impulsando la actividad turística, el empleo y el mercado inmobiliario. La Costa del Sol, con más de 70 campos de golf, lidera el turismo residencial asociado al golf en Europa, atrayendo cada año a miles de compradores internacionales en busca de segunda residencia y calidad de vida.
En este contexto, algunas empresas como Taylor Wimpey, promotora de referencia en el mercado de segunda residencia, refuerza su posición con promociones en primera línea de golf, diseñadas para satisfacer la creciente demanda de viviendas en entornos naturales y deportivos exclusivos.
En términos de ingreso de turistas y duración de la estancia, el golf atrae visitantes de largo recorrido. Antes de la pandemia, la estancia media de un turista de golf era de casi 12 días, frente a 7,4 del turista medio, y con un gasto medio por estancia de 3.850 € (324 € diarios), según la Real Federación Española de Golf. Esto refleja un visitante de alto poder adquisitivo. Además, el golf tiende puentes con el mercado inmobiliario: muchos turistas acaban adquiriendo una segunda residencia en España para disfrutar de este deporte regularmente.
En Costa del Sol, la relación entre golf y vivienda es especialmente estrecha. Por ejemplo, en Marbella la zona de Nueva Andalucía, conocida por sus urbanizaciones alrededor de varios campos de golf, presenta un precio medio de 5.683 €/m², superior al de Marbella Centro (unos 5.143 €/m²), según el portal Fotocasa.
La demanda de viviendas en zonas de golf en España es impulsada principalmente por compradores extranjeros de perfil medio-alto, generalmente en busca de segunda residencia vacacional o de retiro. El perfil sociodemográfico típico es el de matrimonios jubilados o preretirados (50-70 años) del norte de Europa, según datos de Taylor Wimpey España.