El Marbella FC cayó eliminado del play-off de ascenso a la división de plata en la siempre injusta lotería de los penaltis después de lograr empatar en casa la eliminatoria ante el filial del Celta de Vigo. A pesar del 2-0 del partido de ida, la gran temporada del equipo de Fernando Estévez no podía terminar sin al menos intentar la remontada, que estuvo muy cerca de producirse tras los dos rápidos goles de Francis Ferrón al comienzo de la segunda mitad del partido de vuelta, unos tantos que hicieron vibrar como nunca a una afición que abarrotó, incluso sin la apertura de los fondos, el Estadio Municipal llevando en volandas al equipo hacia la culminación de una gesta heroica.
Finalmente, la suerte no acompañó al conjunto local en los penaltis decisivos ni tampoco durante el partido debido a dos lesiones que obligaron a agotar los cambios mucho antes de lo previsto. Aunque no hubo final feliz, el partido pasará a la historia por el espectacular ambiente que se vivió en el campo y fuera del mismo. Nunca antes la afición local se había volcado tanto con el equipo, ni siquiera en Segunda División. Sólo los aficionados más veteranos recuerdan algo parecido en los tiempos del viejo campo Francisco Norte.
Los excelentes resultados y el buen hacer de los blanquillos a lo largo de la temporada han enganchado definitivamente a la afición mostrando un camino hacia el éxito que no puede ni debe cortarse. Pero, como habitualmente ocurre, la incertidumbre sobre el futuro del club vuelve a sentirse en la ciudad y los aficionados esperamos que el proyecto de esta temporada tenga continuidad para que se mantenga la gran ilusión vivida en los últimos partidos. Para ello, es imprescindible seguir confiando en el principal artífice de este maravilloso equipo, Jorge Rodríguez de Cózar, que ha vuelto a demostrar con creces su sabiduría y su amor por el club de su vida.
