La política local en Marbella se ha convertido en un espejo incómodo de las tensiones que atraviesa el Partido Socialista en Málaga y en el conjunto de Andalucía. En una ciudad donde los equilibrios de poder siempre han sido delicados y muy personalizados, el papel de quienes han representado al PSOE en los últimos años está hoy más cuestionado que nunca, no tanto por su gestión institucional directa, sino por el silencio ante el deterioro reputacional de su propia organización.