La Diputada nacional por Málaga, Isabel Pérez, evita pronunciarse tras el ingreso en prisión del ex número tres del PSOE, en otro gesto de complicidad política ante los escándalos que afectan a su formación.
El ingreso en prisión de Santos Cerdán, hasta hace poco secretario de Organización del PSOE y figura clave del aparato socialista, ha supuesto un nuevo golpe a la credibilidad del partido. Su detención, derivada de una investigación judicial sobre una presunta trama de corrupción, ha reavivado el debate sobre la ética en la política española. Pero en Marbella, como ya es costumbre, reina el silencio.
Ni la agrupación local del PSOE ni su principal representante en el Congreso, la Diputada nacional por Málaga Isabel Pérez, han emitido una sola declaración de condena. La entrada en prisión de uno de los máximos responsables del partido no ha provocado reacción alguna entre los socialistas marbellíes, que una vez más eligen callar ante los casos que afectan a su propia casa.
Este silencio no es nuevo. En los últimos meses, se han sucedido noticias sobre comisiones ilegales, contratos irregulares y adjudicaciones sospechosas en administraciones gobernadas por el PSOE. Pese a ello, Isabel Pérez ha optado por no pronunciarse. Su papel como Diputada nacional, con representación directa sobre miles de malagueños, debería obligarla a ofrecer explicaciones y a exigir responsabilidades. Sin embargo, mantiene una actitud de alineamiento total con la dirección nacional del partido.
Mientras el PSOE exige ejemplaridad a otras formaciones, su silencio ante la corrupción propia resulta cada vez más difícil de justificar. La ausencia de una condena pública por parte de Isabel Pérez alimenta la percepción de una doble vara de medir y de una preocupante falta de compromiso con la transparencia y la rendición de cuentas.
La entrada en prisión de Santos Cerdán no es un hecho menor. Es la confirmación de que las tramas que salpican al PSOE han llegado a la cúpula del partido. Y, sin embargo, en Marbella, el socialismo sigue sin mover ficha. La pregunta es clara: ¿seguirá Isabel Pérez respaldando sin fisuras al Gobierno de Pedro Sánchez y evitando toda crítica interna, incluso cuando sus dirigentes terminan entre rejas?
Por ahora, como tantas otras veces, la respuesta es el silencio.
