Con casi cuatro décadas de vida soportando la humedad, el salitre y el propio uso, las barandillas de las partes más antiguas del paseo marítimo de Marbella necesitan cambiarse, primero, por la seguridad de los bañistas y los paseantes; y segundo, por la imagen de uno de los lugares icónicos de la ciudad, y en el que el Ayuntamiento ha puesto mucho empeño con su gran proyecto de que sea uno único y continuado que conecte todo el litoral de la localidad.
Acaba de comenzar una segunda fase en la sustitución de estos pasamos. La primera se ejecutó hace un año. Fue en un tramo 2.700 metros de longitud, los que hay entre los chiringuitos Corocoro y Victor’s Beach, en la zona conocida como “la del albero”, un lugar muy transitado en todas las épocas del año, lo que hacía más urgente si cabe los trabajos. Tras hacer varias reparaciones para arreglar las partes que se iban deteriorando, la Delegación de Obras decidió emprender un plan específico y cambiarlas por completo, quitando las que había y poniendo en su lugar unas más modernas y fabricadas en un material que resistiera mejor las inclemencias meteorológicas: acero galvanizado bañado en zinc.
La actuación era más laboriosa de lo que a primera vista parecía. Hubo que levantar cada una de las piezas de mármol sobre las que encastraba la barandilla deteriorada, cortar las pletinas de sujeción, quitar toda la baranda, poner la nueva fijándola de nuevo a los pilares, colocar finalmente la pieza de mármol.
Esa obra sirvió además como experiencia piloto o de referencia para la segunda fase que ahora ha comenzado al haber comprobado la efectividad del material empleado en la nueva barandilla. De modo que también se va a colocar una de acero galvanizado bañado en zinc, ahora a lo largo de 2.300 metros, entre la zona de La Bajadilla y el hotel Meliá Don Pepe, divididos en tres segmentos: uno de 405 que discurre desde el chiringuito Puerto Playa y Hospital Ochoa; otro, el más largo, de 647 metros que va desde la rampa del centro médico hasta la avenida Arias Maldonado a la altura del restaurante Da Bruno; y el tercero, que llega hasta el señero cinco estrellas gran lujo.
Pero esta segunda fase no se queda sólo en la sustitución del pasamos. Se aprovecha para quitar los bancos que había que eran de forja y hacer unos de obra, de ladrillo tosco, porque guardan más consonancia con el entorno en esa zona del paseo marítimo marbellí.. Y más aún; aprovechando el cambio de las barandillas del paseo, se colocarán en 24 accesos a las playas en ese mismo tramo de actuación, en el que se renovará del mismo modo todo el pavimento, eliminando las barreras arquitectónicas para facilitar la llegada de las personas con discapacidad al litoral marbellí.
