La Demarcación de Costas en Málaga se lava las manos, ahora la pelota está en el tejado de Madrid, o al menos esta es la conclusión a la que se llega después de que la Asociación Espigones Emergidos para Marbella se reuniera el pasado 19 de noviembre con su director, Ángel González.
La Junta de Andalucía debía emitir un informe para continuar con el expediente, un documento que ya es una realidad y que se ha remitido al Ministerio de Medio Ambiente y Transición Ecológica. Por todo ello, desde Costas no pueden ser más concretos con los plazos ni, por tanto, asegurar que la licitación del proyecto de los espigones sea un realidad para Marbella en 2025 pues la última palabra depende ahora del Gobierno de la nación.
La asociación marbellí comenzó su lucha allá por el año 2012, una batalla que no cesará hasta conseguir su objetivo: “no descartamos organizar movilizaciones en el futuro para expresar nuestro malestar y subrayar la importancia de nuestras demandas”, asegura su representante José Miguel Lima. La entiedad, además, afirma haber enviado cartas certificadas a la ministra de Medio Ambiente, Teresa Ribera, solicitando la resolución favorable del proyecto. Sin embargo, estas peticiones no han recibido respuesta por el momento. Esta situación recuerda a la vivida por el Ayuntamiento de Marbella el pasado verano, cuando Ribera nunca aceptó la invitación del Consistorio para conocer de primera mano la problemática de la ciudad. Sin embargo, desde el ministerio sí que se recibieron notificaciones en otro sentido, esto es la amenaza de derribo del paseo marítimo.
La construcción de los espigones es una de las peticiones más demandadas por parte del municipio al Ejecutivo de Sánchez. Cada año, los temporales, y el fuerte oleaje provocado por los mismos, ocasionan importantes destrozos en negocios y playas, daños que podrían haberse evitado de existir estas infraestructuras. Este hecho repercute de manera negativa en el tejido empresarial de la ciudad pues numerosos empresarios ven afectados sus negocios, unas pérdidas que también influyen negativamente en las arcas municipales ya que el Ayuntamiento invierte anualmente miles de euros en la reposición de playas y mobiliario municipal.
Agravio comparativo con otras ciudades
Los espigones aún no han llegado a Marbella, sin embargo, algunas ciudades como Nules en Valencia comenzaron a hacer realidad este proyecto en abril del pasado año. Un agravio comparativo que no solo se da con estas construcciones sino que podemos extrapolar a otras demandas como la liberalización de la autopista de la Costa del Sol o el tren litoral. Marbella es la única ciudad de España con más de 100.000 habitantes que carece de este medio de transporte. Alicante, por su parte, gozó de la gratuidad de su peaje el pasado verano, y ciudades como Madrid, Ávila y Segovia se encuentran actualmente en estudio para obtener su liberalización.
Por si fuera poco, recientemente el Gobierno de la nación ha anunciado una bateria de subvenciones en lo que al peaje de la AP-7 se refiere, una cantidad que ascendería al millón de euros, sin embargo resulta insuficiente si la comparamos con la presentada para autopista de Galicia, donde se pretenden destinar más de 80.
Asignaturas pendientes que tienen en alza constante al equipo de Gobierno de Marbella. El municipio paga anualmente un canon en concepto de playas que supera el millón de euros, un dinero que, según ha explicado en numerosas ocasiones la alcaldesa de la localidad, Ángeles Muñoz, es de derecho revierta en la ciudad con la construcción de espigones.