El Marbella FC sigue avanzando empresarialmente desde su conversión en sociedad anónima deportiva gracias a la buena gestión del presidente Alexander Grinberg y de Teo Bravo, director general de la entidad y gran artífice de dicho avance empresarial. Y es que el club local cuenta con la colaboración y el patrocinio de muchas empresas de distintos ámbitos,una ayuda imprescindible para su sostenimiento económico y su modernización.En este sentido,la semana pasada se puso a la venta la primera bebida oficial del club,un vino llamado Sopié Frizzante Marbella FC que está teniendo muy buena acogida y un buen ritmo de ventas. Se trata de un vino de color azul de poca graduación alcohólica, muy ligero y fácil de tomar. Lo más original de esta bebida es sin duda su color,que obedece a un guiño de la entidad hacia la ciudad y el equipo para animar a los aficionados a probarla reafirmando así sus planes de diversificación empresarial.En este proyecto el club ha contado con la vital colaboración de la empresa Grupo La Navarra y de la distribuidora Import Montes.
Es verdad que a la afición le importa más la situación deportiva del equipo pero estas iniciativas son muy necesarias para la viabilidad económica del club y más en una categoría tan deficitaria como la Segunda División B.
En todo el tiempo que llevo siguiendo al club y a su antecesor,el antiguo Atlético de Marbella,nunca vi una gestión parecida a nivel empresarial.
Ambas entidades siempre tuvieron problemas económicos que hacían peligrar su supervivencia y, de hecho,aquel histórico club que llegó a jugar en segunda división acabó desapareciendo por sus múltiples deudas.Es cierto que al final la viabilidad económica del club dependerá mucho del soñado ascenso de categoría,un objetivo nada fácil que habrá que lograr a medio plazo pero, mientras tanto,es fundamental que la entidad siga creciendo como empresa.