Partido épico el que jugó el CB Marbella La Cañada en el Municipal de Vélez Málaga ante el Baloncesto Vélez el sábado por la tarde, un encuentro que no se decidió hasta el último segundo de partido a pesar de que los veleños fueron ganando con comodidad en varias fases del mismo. La última posesión benefició al conjunto marbellí, que no supo materializar su ventaja y acabó cayendo por 64 a 62. Aunque el partido de ida lo ganaron los de Javi Flores con comodidad, estaba claro que este envite iba a tener otro ritmo y otro color. Era el Baloncesto Vélez quien tomaba la delantera en los primeros instantes (5-0), con dos canastas en sus dos primeras posesiones, pero pronto igualaba la contienda el CB Marbella La Cañada de la mano de Saunders y Richi Guillén. Aunque los locales se sentían cómodos en la pista no conseguían distanciarse en el marcador gracias al buen hacer defensivo de los azulones, que intentaban a marchas forzadas no irse del partido a las primeras de cambio como pasó en el partido de ida. Del 11-7 se pasó en apenas tres minutos a un interesante 14-15 que daba la ventaja momentánea al CB Marbella, renta que no pudo aguantar al final de los primeros diez minutos por Vélez apretó el acelerador (19-15). Tal y como acabó el primer acto se inició el segundo, con el equipo de Florido anotando dos canastas seguidas que ascendían el marcador a 23-15. Menos mal que apareció Panella para en dos buenas acciones reducir la diferencia a cuatro puntos (23-19) y desactivar la buena racha del rival antes de que fuera demasiado tarde. Entre Adri Mayor y Richi Guillén mantenían con buen ritmo al cuadro azulón, que conseguía posicionarse bien en ataque y ganaba los emparejamientos en el rebote sin dejar segundas opciones de tiro al Vélez. En cuanto Guillén se sentó se le nubló la vista a los pupilos de Tomé, que ya no tenían tanta ventaja en el rebote y concedían una y otra vez una serie de errores que facilitaban mucho las cosas al CB Vélez. De ahí, de esos minutos de desconcierto y poca fluidez en el juego, llegó el 40 a 29 al descanso.
Redacción
El paso por los vestuarios complicó mucho la cosa para el CB Marbella La Cañada. No le sentó bien el parón al equipo y cuando parecía que tenían alguna opción de remontar el encuentro volvían a caer en imprecisiones y pérdidas de balón que hacía que el Baloncesto Vélez, desde la línea de 6.75 lograra casi sentenciar el asunto a falta de cinco minutos para el final de dicho periodo (50-36). No reaccionaba el equipo y la impresión era de desgaste total, aunque un mate de Saunders y una buena defensa daba aire a la plantilla para afrontar los últimos diez minutos (56-42).
Mientras había vida, la esperanza no se perdió. Tiró de defensa la escuadra azulona, de acierto ofensivo y de garra a la hora de disputar cada balón. A pesar de que algunas acciones arbitrales no le eran favorables no se desesperó y cuando tuvo la oportunidad miró de cara a la suerte. Un triple de Adri Mayor reducía a 11 la diferencia entre ambos equipos (61-50). Si a eso se le sumaba una nueva canasta del canterano y un tiro sobre la bocina de Guillén la cosa parecía más posible que nunca (64-57). Tenia que pedir tiempo muerto Javi Florido para oxigenar a los suyos, que tuvieron un apagón físico que no les permitía aguantar el ritmo que imponían los marbellíes.
El punto de intensidad del encuentro era tan alto que Richi Guillén aprovechó una buena asistencia de Saunders para anotar un lejano triple (64-60) y a la siguiente Mayor anotaba dos tiros libres que hacía estallar a la afición desplazada hasta el partido (64-62). Con 30 segundos por delante el CB Vélez tenía la posesión, que aguantó casi hasta el final para fallar el tiro en los últimos segundos. El balón en ese momento correspondía al CB Marbella La Cañada, que tenía que anotar sí o sí para forzar la prórroga o ganar. Lo hicieron todo bien los de Tomé, que consiguieron llegar fácilmente hasta debajo de aro, pero Marco recibió y cuando nadie lo esperaba su tiro no entró. La victoria se quedó en Vélez, que hizo 30 minutos muy completos, pero la remontada y empuje de los azulones mereció más recompensa que la derrota.