Agentes de la Policía Nacional desmantela un chiringuito financiero que operaba desde Marbella. En el trascurso del operativo han detenido a seis personas –dos de nacionalidad española, tres israelitas y una iraní- por delitos de falsedad documental y estafa. Entre los arrestados se encuentran, además de los responsables de la trama, los empleados, comerciales y captadores de clientes. Según las investigaciones, los arrestados captaron a más de 40 clientes como inversores bursátiles a los que habrían conseguido defraudar más de 1.200.000 euros.
INICIO DE LA INVESTIGACIÓN
La investigación se inició en el mes de Junio a raíz de una denuncia interpuesta en la comisaría de la Policía Nacional en Marbella en la que una persona manifestaba haber invertido 15.000 euros en productos bursátiles con la intermediación de una empresa de inversiones. Además, informaba de que empleados de la mercantil le habían instalado en su teléfono móvil, una aplicación para comprobar la fluctuación de su inversión.
Así, durante unos meses, comprobó cómo su inversión se reducía a la vez que varios empleados de la empresa mediadora intentaban que ampliara su inversión en otros 10.000 euros con la promesa de que en pocas semanas llegaría a obtener 1.000.000 de euros –a lo que se negó en todo momento-.
Tras varios intentos por recuperar su dinero, la empresa le comunicó que lo había perdido. Finalmente se percató de que se trataba de una estafa.
Centradas las pesquisas en torno a dos empresas con sede social en Marbella que se dedicaban a la intermediación en bolsa y en productos financieros que habían sido declaradas por el regulador español de los mercados de valores como empresas no autorizadas para la prestación de servicios de inversión, los investigadores comprobaron la existencia de al menos otras 10 denuncias interpuestas en distintos puntos de España como León, Barcelona, Huesca o Murcia. En todas ellas las cantidades defraudadas a los denunciantes iban desde los 7.000 hasta los 80.000 euros, ascendiendo el montante denunciado a unos 300.000 euros, aunque el total real (a falta de recopilar todas las denuncias) finalmente sería superior a 1.200.000 euros.
Es significativo cómo una de las víctimas -que realizó una inversión inicial de 5.000 euros- fue convencida por uno de los detenidos, bajo el pretexto de que su inversión se había perdido debido a las fluctuaciones del mercado, para que solicitara un préstamo personal de 15.000 euros y así realizar un nuevo depósito con el que podía duplicar su dinero, formalizándose finalmente el crédito. Posteriormente, bajo diversas excusas, el dinero no le fue devuelto ni obtuvo ninguna ganancia.
MODUS OPERANDI
El método utilizado era el denominado “chiringuito financiero”, plataformas que ofrecen y prestan servicios de inversión sin tener las preceptivas licencias. Estos establecimientos son sólo tapaderas para apropiarse del capital de sus inversores a los que hacen creer que están realizando un depósito de alta rentabilidad; entramados, de apariencia legal, pero constituidas únicamente con la finalidad de defraudar.
Los elevados rendimientos que ofrecen son solo el cebo con el que consiguen que los inversores menos informados o más confiados les entreguen sus ahorros para finalmente desaparecer con el dinero.