La falta de una estrategia nacional clara y de financiación para su control ha obligado a los ayuntamientos y administraciones locales a asumir en solitario la retirada de toneladas de esta especie
La proliferación del Rugulopteryx okamurae, más conocida como alga asiática, sigue su avance imparable por la Costa del Sol y ya ha llegado a las playas de Málaga capital. En las últimas semanas, los bañistas y pescadores han detectado su presencia en zonas como Pedregalejo, Baños del Carmen, El Palo y Sacaba, aunque por el momento en menor medida que en otros puntos del litoral malagueño.
Esta especie invasora, originaria del Pacífico, lleva años causando estragos en el ecosistema marino del sur de España. Su rápida expansión supone un problema ambiental y económico, afectando a la biodiversidad y dificultando la actividad pesquera. Su acumulación en las orillas genera malos olores y una imagen poco atractiva para las playas, lo que también impacta al turismo, uno de los motores económicos de la región.
A pesar de que el problema se agrava año tras año, el Gobierno de España sigue sin tomar medidas contundentes para frenar la expansión del alga asiática. La falta de una estrategia nacional clara y de financiación para su control ha obligado a los ayuntamientos y administraciones locales a asumir en solitario la retirada de toneladas de esta especie de las playas, sin un plan coordinado que permita abordar la crisis de manera efectiva.
Mientras otros países han puesto en marcha planes de actuación para gestionar especies invasoras, en España la inacción del Ejecutivo está permitiendo que el Rugulopteryx okamurae continúe colonizando el litoral andaluz sin freno. La ausencia de medidas concretas no solo pone en riesgo la biodiversidad marina, sino que también supone una amenaza para sectores clave como la pesca y el turismo.