El recién creado Ateneo de Marbella ha intentado presentarse ante la opinión pública como un proyecto “plural”, “abierto” y “despolitizado”. Un supuesto espacio para el pensamiento crítico y la vida cultural de la ciudad. Sin embargo, basta con examinar quién lo impulsa, quién lo integra y quién lo ha arropado en su estreno para descubrir la realidad: estamos ante una asociación configurada, promovida y puesta en marcha por dirigentes, cargos y ex cargos del PSOE de Marbella.
La puesta de largo del Ateneo ofreció pocas dudas. La escena fue cualquier cosa menos un encuentro ciudadano abierto. El salón estaba copado por la estructura socialista local, con una presencia masiva y muy visible del entorno del PSOE: José Bernal, Isabel Pérez, el concejal Parraga, antiguos concejales del partido e incluso perfiles vinculados a la desaparecida Izquierda Unida. No fue una presencia testimonial, ni un acompañamiento puntual. Fue un acto social del socialismo marbellí, disfrazado de evento cultural.
Una entidad que nace con color político
Aunque sus promotores insisten en exhibir una neutralidad impostada, el Ateneo nace ideológicamente alineado y con un objetivo claro: reconstruir influencia en el ecosistema cultural local desde las coordenadas de la izquierda, un terreno donde el PSOE lleva años intentando reactivarse tras su pérdida de peso institucional en la ciudad.
La insistencia en que no guardan relación con la antigua extensión del Ateneo de Málaga roza lo caricaturesco, cuando lo evidente es que sí mantienen una relación directa con el tejido político socialista que intenta recolocar su narrativa cultural en Marbella.
Un discurso cargado de ideología
Al presidente del Ateneo, Julio Arias, le resultó imposible defender la “luz de la cultura” cuando esa supuesta luz se encendió bajo los focos de un único partido. La pretendida transversalidad se desvaneció al instante.
Las intervenciones lo confirmaron:
• Estefanía Martín Palop, histórica dirigente socialista y exsenadora, transformó su discurso en una reivindicación política, cargada de consignas ideológicas y referencias al feminismo militante.
• Antonio Morales aprovechó el escenario para cuestionar la sentencia que condena al Fiscal General del Estado, un gesto claramente político impropio de un acto que pretendía ser cultural.
El resultado fue evidente: lo que debía ser una presentación cultural se convirtió en una asamblea encubierta, donde el contenido político eclipsó cualquier propósito artístico.
Convocatoria sectaria y firma socialista
Aún más revelador es que la convocatoria del acto fue redactada y enviada por la concejal socialista Sonia Pérez, un hecho que desmonta por completo la versión de un Ateneo “independiente”.
Una asociación que nace con invitaciones redactadas desde un despacho socialista difícilmente puede presumir de neutralidad.
Un Ateneo hecho a imagen y semejanza del PSOE local
El nuevo Ateneo de Marbella arranca con tres elementos innegables:
1. Sectarismo en la convocatoria, elaborada desde un cargo del PSOE.
2. Uniformidad ideológica en la asistencia, dominada por miembros y simpatizantes socialistas.
3. Adoctrinamiento disfrazado de cultura en las intervenciones de sus protagonistas.
Así nace este Ateneo: como un instrumento cultural diseñado en torno al PSOE, alineado desde su primer minuto de vida y sin rastro de la pluralidad que pregona.
Queda por ver si, con el tiempo, será capaz de abrirse a la Marbella real —diversa, plural y muy alejada de un único partido— o si consolidará lo que ya es desde su origen: una plataforma cultural al servicio del socialismo marbellí, envuelta en un discurso de alta cultura para camuflar el claro objetivo político que lo sostiene.
Lo único evidente hoy es que el Ateneo de Marbella no arranca como un espacio neutral, sino como una extensión ideológica del PSOE. Y lo que nace sesgado, difícilmente acabará siendo plural.







