Ya hay respuesta para la incógnita sobre la ocupación de la Plaza de los Naranjos. El Ayuntamiento ha tomado la decisión de limitar a dos zonas la instalación de mesas y sillas de los restaurantes y establecimientos hosteleros que se ubican en esta céntrica plaza. Se reservará la zona este y oeste para este fin, reduciendo así el espacio destinados a las mismas, una decisión que hoy se ha ratificado en Junta de Gobierno Local, y que divide a la plaza en cuatro áreas, dejando libres las centrales de la plaza, donde se sitúa el busto del rey emérito Juan Carlos I. El equipo de Gobierno, de voz de su portavoz Javier Porcuna, defendía hoy que se ha tomado la solución “más equilibrada”, en la que han confluido las posturas presentadas por los colectivos afectados por este hecho, unas opiniones trasladadas en las diversas reuniones mantenidas al respecto y en la que han participado, tanto los hosteleros, como los miembros de la plataforma ciudadana ‘La plaza es nuestra’. “La solución que se ha tomado es la aplicación de las ideas que han participado en las reuniones mantenidas”, indicó Porcuna tras la Junta de Gobierno, destacando que se ha apostado también por el ámbito industrial que opera en la plaza, de manos de los restauradores, dada la cercanía de la temporada alta en el municipio con la celebración de la Semana Santa. Esta decisión no ha caído de buen grado en el movimiento ciudadano ‘La Plaza es nuestra’. El colectivo, que hoy además entregará un millar de firmas en apoyo a su petición de que el enchinado central de la plaza se declare por el Ayuntamiento zona libre de ocupación, seguirá luchando por la recuperación de este espacio público.
Para el colectivo, integrado por vecinos y asociaciones y miembros de algunas formaciones políticas, la decisión del tripartito supondrá “dos tapones laterales en la plaza que impedirán el libre acceso a la plaza, porque además el viandante tendría que superar una gran cantidad de obstáculos para acceder a la zona central. Lo que nosotros pretendemos, simple y llanamente, es la libre ocupación de la zona central”, lamentaba a este digital el portavoz del movimiento, José Antonio Iranzo.
De hecho, no piensan quedarse con los brazos cruzados y seguirán linchando por su reivindicación. “Nosotros lo tenemos claro, la plaza del pueblo tiene que estar libre para el ciudadano y el mandato que tenemos de los que formamos parte de este movimiento es el de ratificarnos en la libre ocupación de la Plaza de los Naranjos”, puntualizó.
Por su parte, tanto Porcuna, como el concejal del equipo de Gobierno Miguel Díaz, en su comparencia tras la Junta de Gobierno han apuntado que está decisión siempre puede ser estudiada en el futuro. “Vamos a probar este nuevo sistema. Tenemos que decidir, sopesando intereses, pero siempre puede ser revisable”, indicaba Díaz, quien destacó que con la decisión que se ha tomado la de Los Naranjos será “una plaza con vida”.
EL PINILLO
También durante la Junta de Gobierno de hoy se ha dado cuenta de un paso más para recuperar la concesión administrativa otorgada por anteriores gobiernos municipales sobre una parcela de 40.000 metros cuadrados en la zona de El Pinillo, junto al arco de entrada a Marbella.
El concejal de Sostenibilidad, Miguel Díaz, ha recordado que se trata de un “espacio natural de gran valor ambiental ubicado junto al litoral y al cordón dunar” que se pretende “poner en valor como un parque litoral con una ubicación estratégica”.
En concreto, hoy se ha dado luz verde a los trámites para anular un acuerdo del gobierno municipal del PP en 2011, por el que se iniciaba el rescate de la concesión “pero que fue firmado con una persona que no estaba habilitada como representante de la empresa concesionaria”.
“El expediente para anularlo caducó hasta en dos ocasiones, después de distintos litigios, y ahora, este Equipo de Gobierno, en su apuesta por recuperar los espacios públicos, va a realizar los trámites para rescatar la concesión con la eficacia y el rigor que se requiere”, ha señalado.
Una vez se anule este acuerdo de 2011, se podrá iniciar el procedimiento administrativo para la resolución de la concesión administrativa y recuperar así el espacio para el uso público “y el disfrute de la ciudadanía”.