Los golpes de calor afectan al cuerpo, pero también pueden llegar a provocar delirios, incoherencias y convulsiones
El golpe de calor es mucho más que un mareo o una bajada de tensión. Inmersos en la segunda ola de calor del verano, que se extenderá hasta el domingo, se ha detectado un aumento de casos con síntomas que van más allá del agotamiento físico. “Cuando la temperatura corporal supera los 40 grados, no solo fallan los órganos, también empieza a fallar el juicio”, explica la doctora Esther Hurtado, jefa del Servicio de Urgencias del Hospital Quirónsalud Marbella.
Durante las últimas semanas y, coincidiendo con los picos de calor en la provincia de Málaga, su equipo ha atendido a diez personas con síntomas compatibles con golpe de calor. Aunque ninguno de los casos ha sido mortal, sí han requerido tratamiento urgente por cuadros avanzados que afectaban tantos al sistema circulatorio como al sistema nervioso. “Inicialmente los pacientes presentan aumento de la temperatura corporal, sudoración profusa, taquicardia, hipotensión, fatiga, debilidad, calambres musculares, mareo, dolor de cabeza, náuseas y piel fría”, indica. Cuando se llega a los 40°C y “se instaura el golpe de calor, los pacientes comienzan a tener síntomas de afectación general como vómitos, confusión, agitación, delirium, comportamiento extraño, incoherencia al hablar, convulsiones o pérdida de conciencia. Posteriormente aparecen señales de daño multiorgánico, como insuficiencia renal, fallo hepático o disfunción respiratoria”.
El cuerpo pierde el control
Aunque el término “golpe de calor” se asocia a menudo con la exposición solar directa, la causa real es la incapacidad del cuerpo para disipar el exceso de temperatura interna, sobre todo cuando se superan los 30°C y hay humedad, se practica ejercicio intenso o se está en ambientes mal ventilados. “Hasta los 30 grados el organismo puede regular bien la temperatura corporal. Pero, a partir de ahí, si se suman otros factores, esa autorregulación falla”, explica la doctora Hurtado.
El resultado no es solo una subida de temperatura, sino una alteración del sistema termorregulador del cerebro, que puede derivar en conductas incoherentes y estados de desorientación. Esto lo convierte en un cuadro específicamente peligroso para personas mayores, pacientes con enfermedades crónicas, personas con discapacidad cognitiva o quienes toman medicación que afecta a la respuesta térmica.
Algunos medicamentos pueden agravar el riesgo de golpe de calor sin que el paciente lo sepa. Según advierte la Dra. Hurtado, son “fármacos muy comunes, como diuréticos y betabloqueantes (para la tensión), antidepresivos tricíclicos, benzodiacepinas o medicamentos con efecto anticolinérgico”. Todos ellos pueden alterar la capacidad del organismo para disipar el calor, por lo que se recomienda mayor vigilancia y prevención en quienes lo utilizan.
Un caso real: demencia leve y un paseo bajo el sol de Marbella
La doctora recuerda un episodio reciente que ilustra bien estos riesgos ocultos: un hombre octogenario, con demencia leve, fue hallado desorientado en un banco tras realizar una caminata bajo el sol con ropa de invierno. “Vivía solo y nadie pudo advertirle del peligro. Fue un ejemplo claro de la vulnerabilidad de ciertos colectivos frente al calor extremo”, asegura la doctora Hurtado.
El paciente fue trasladado a Urgencias de Quirónsaludsalud y, tras la estabilización y tratamiento, recibió el alta días después. Pero este caso ha servicio al equipo médico para hacer hincapié en la importancia de vigilar de cerca a quienes no pueden identificar el peligro por sí solos.
Más prevención y menos confianza
“Aunque la población está más concienciada que antes, seguimos viendo casos que se podrían evitar”, apunta la doctora. A modo de recordatorio, insiste en medidas básicas como evitar la exposición al sol entre las 11:00 y las 17:00 horas; beber al menos dos litros de agua al día, aunque no se tenga sed; evitar el alcohol, la cafeína y las bebidas azucaradas; usar ropa ligera y clara, protección solar, sombrero y gafas de sol; adaptar la jornada laboral en trabajos al aire libre; y, por supuesto, vigilar a mayores y personas con enfermedades crónicas o que vivan solas.
Cómo actuar si alguien sufre un golpe de calor
En caso de sospecha, la prioridad es actuar con rapidez: “Avisar a emergencias (llamando a los teléfonos 061 o 112), retirar al afectado del ambiente caluroso llevándolo a un lugar ventilado y a la sombra, desvestirlo, aplicar paños fríos o compresas mojadas con agua fría en cuello, axilas e ingles, y ofrecerle agua fría ( en caso de que el paciente no tenga alteración de la conciencia)”.
El golpe de calor puede ser silencioso, progresivo y, a veces, invisible a los ojos de quien lo sufre. Por eso, la doctora Hurtado recuerda que “la prevención no es solo una cuestión de hidratación, sino también de atención y acompañamiento”.
Quirónsalud en Andalucía
El Grupo Quirónsalud cuenta en la actualidad en Andalucía con siete centros hospitalarios situados en las ciudades de Málaga, Marbella, Los Barrios (Cádiz), dos en Sevilla, Córdoba y Huelva, además de 18 centros médicos de especialidades y diagnóstico y un hospital de día quirúrgico, que lo posicionan como líder hospitalario privado de esta comunidad autónoma.
Sobre Quirónsalud
Quirónsalud es el grupo de salud líder en España y, junto con su matriz Fresenius-Helios, también en Europa. Además de su actividad en España, Quirónsalud está también presente en Latinoamérica. Conjuntamente, cuenta con más de 50.000 profesionales en más de 180 centros sanitarios, entre los que se encuentran 57 hospitales con más de 8.000 camas hospitalarias. Dispone de la tecnología más avanzada y de un gran equipo de profesionales altamente especializado y de prestigio internacional. Entre sus centros, se encuentran el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, Centro Médico Teknon, Ruber Internacional, Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, Hospital Quirónsalud Barcelona, Hospital Universitari Dexeus, Policlínica Gipuzkoa, Hospital Universitari General de Catalunya, Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón, etc.
El Grupo trabaja en la promoción de la docencia (diez de sus hospitales son universitarios) y la investigación médico-científica (cuenta con el Instituto de Investigación Sanitaria de la FJD, acreditado por la Secretaría de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación).
Asimismo, su servicio asistencial está organizado en unidades y redes transversales que permiten optimizar la experiencia acumulada en los distintos centros y la traslación clínica de sus investigaciones. Actualmente, Quirónsalud está desarrollando multitud de proyectos de investigación en toda España y muchos de sus centros realizan en este ámbito una labor puntera, siendo pioneros en diferentes especialidades como oncología, cardiología, endocrinología, ginecología y neurología, entre otras.