Mientras el proyecto sigue sin llegar, el Ejecutivo de Sánchez ataca a quienes evidencian la realidad del litoral marbellí
El Gobierno de España, a través de la Subdelegación en Málaga, ha respondido con dureza a las críticas de la Asociación de Espigones Emergidos para Marbella, que este miércoles denunció los graves destrozos causados por los trabajos de traslado de arena en las playas del municipio. En lugar de asumir responsabilidades y dar explicaciones sobre la ausencia de soluciones reales para la estabilización del litoral, el Ejecutivo ha optado por desacreditar a quienes han alzado la voz para evidenciar el abandono del Gobierno central.
El colectivo ciudadano alertó de los daños ocasionados por estas actuaciones en puntos clave como Cabopino y El Cable, donde aseguran que la arena ha sido reemplazada por piedras, agravando aún más la ya preocupante situación del litoral marbellí. Sin embargo, lejos de responder con compromisos firmes o soluciones concretas, el Gobierno ha salido en defensa de la Demarcación de Costas, insistiendo en el “rigor y la experiencia” de los técnicos encargados de estas intervenciones.
Un discurso repetitivo: los espigones siguen sin llegar
En su comunicado, el Gobierno ha vuelto a mencionar los proyectos de estabilización de las playas de Marbella y San Pedro Alcántara, anunciados en reiteradas ocasiones y que siguen sin ejecutarse. Pese a que la inversión global prometida asciende a 16 millones de euros, lo cierto es que, a día de hoy, no hay ni un solo espigón construido ni un calendario claro para su puesta en marcha.
Desde la Asociación Pro Espigones recuerdan que estos proyectos llevan años en el aire, acumulando retrasos injustificados que han convertido la regeneración del litoral en una promesa vacía. Cada año, el Gobierno repite los mismos anuncios, pero la realidad es que Marbella sigue sin infraestructuras que protejan sus playas de la erosión.
El problema no es nuevo. Cada temporal que azota la Costa del Sol se lleva consigo grandes cantidades de arena, reduciendo el espacio de playa y dejando expuestas infraestructuras clave para el turismo y el comercio local. En lugar de actuar con medidas definitivas, el Gobierno sigue apostando por soluciones temporales e ineficaces, como los traslados de arena, que en muchos casos acaban causando más problemas de los que solucionan.
Un ataque directo a quienes denuncian el abandono del litoral
El tono del comunicado emitido por la Subdelegación del Gobierno ha generado indignación entre los miembros de la Asociación Pro Espigones y numerosos vecinos de Marbella. En lugar de reconocer la situación crítica en la que se encuentra el litoral, el Ejecutivo ha optado por desprestigiar las denuncias del colectivo, asegurando que “no se puede poner en entredicho sin conocimiento técnico ni profesional el rigor de los empleados públicos de la Demarcación de Costas”.
Con este ataque, el Gobierno intenta desacreditar a una plataforma que lleva años exigiendo soluciones reales y que representa a un gran número de ciudadanos preocupados por el deterioro del litoral marbellí. En lugar de asumir su responsabilidad y acelerar la construcción de los espigones, el Ejecutivo prefiere desviar la atención atacando a quienes evidencian la realidad.
Desde la asociación han respondido con firmeza a estas declaraciones, defendiendo el derecho de los ciudadanos a exigir explicaciones y soluciones. “Lo que está ocurriendo en las playas de Marbella es un desastre, y no vamos a dejar de denunciarlo. No es cuestión de opiniones, sino de hechos: las playas están desapareciendo, los trabajos de traslado de arena están dejando piedras en lugar de arena, y los espigones siguen sin construirse”, afirman desde el colectivo.
Una inversión insuficiente y mal gestionada
En su comunicado, el Gobierno presume de estar ejecutando el mayor contrato de mantenimiento de playas en la historia de la provincia de Málaga, con 2,1 millones de euros destinados a estas actuaciones, de los cuales 1,3 millones corresponden a la Costa del Sol Occidental.
Sin embargo, esta cantidad es claramente insuficiente para abordar los graves problemas de erosión que sufre el litoral. Marbella, como uno de los principales motores turísticos de España, necesita inversiones mucho mayores y, sobre todo, medidas estructurales que pongan fin al deterioro constante de sus playas.
El traslado de arena, una práctica que el Gobierno defiende como solución temporal, ha demostrado ser ineficaz. No solo porque la arena vuelve a desaparecer con cada temporal, sino porque, en muchos casos, el material utilizado no es adecuado, como ha denunciado la Asociación Pro Espigones. Las imágenes de playas llenas de piedras en lugar de arena han provocado indignación entre los vecinos y empresarios de la zona, que ven cómo el turismo puede verse gravemente afectado por esta mala gestión.
El impacto económico del abandono del litoral
El estado actual de las playas de Marbella no es solo un problema ambiental, sino también económico. La ciudad es uno de los destinos turísticos más importantes de España y del mundo, atrayendo a millones de visitantes cada año. Su principal atractivo son sus playas, y su deterioro pone en riesgo la competitividad del destino.
El sector hotelero, los restaurantes, los comercios y todos los negocios vinculados al turismo dependen de unas playas en condiciones óptimas. La ausencia de infraestructuras de estabilización no solo genera incertidumbre entre los empresarios, sino que además obliga a asumir costes adicionales cada año para intentar paliar los efectos de la erosión.
En este contexto, la falta de inversión por parte del Gobierno central es una grave irresponsabilidad. Mientras Marbella aporta 2,4 millones de euros anuales en tasas de ocupación de playas, el Ejecutivo de Pedro Sánchez sigue sin ejecutar las inversiones necesarias para proteger el litoral. La pregunta que muchos ciudadanos se hacen es clara: ¿Dónde está ese dinero y por qué no se reinvierte en Marbella?
La falta de compromiso del Gobierno y el retraso de la Junta de Andalucía
Otro de los puntos que ha generado polémica en el comunicado del Gobierno es su crítica velada a la Junta de Andalucía. En el texto, el Ejecutivo lamenta que “desde la asociación no haya habido ningún pronunciamiento ni queja ante la prolongada demora de los informes de la Junta respecto a los proyectos de estabilización”.
Con esta afirmación, el Gobierno intenta desviar la atención y culpar a la administración autonómica del retraso en la construcción de los espigones. Sin embargo, la responsabilidad principal recae en el Ejecutivo central, que es el encargado de aprobar y ejecutar las inversiones necesarias para la protección del litoral.
Desde la Asociación Pro Espigones han dejado claro que su objetivo no es entrar en disputas políticas, sino exigir soluciones reales. “Nosotros queremos que se construyan los espigones de una vez por todas. No nos interesa el juego político entre administraciones, queremos hechos, no promesas”, afirman desde el colectivo.
Conclusión: Marbella exige respuestas, no excusas
El abandono de las playas de Marbella por parte del Gobierno central es una realidad innegable. Los espigones siguen sin construirse, las soluciones temporales son ineficaces y el Ejecutivo responde atacando a quienes denuncian el problema en lugar de ofrecer soluciones reales.
La Asociación Pro Espigones ha hecho lo que cualquier colectivo ciudadano debería hacer: exigir explicaciones y reclamar inversiones proporcionales a la importancia de Marbella dentro del sector turístico nacional. Sin embargo, la respuesta del Gobierno ha sido desacreditar sus denuncias y seguir apostando por una política de parches que no resuelve el problema de fondo.
Marbella no puede esperar más. La ciudad aporta millones de euros a las arcas del Estado y merece inversiones que estén a la altura de su relevancia. La inacción del Gobierno de Pedro Sánchez está poniendo en riesgo el futuro del litoral marbellí, y los ciudadanos no van a quedarse callados ante esta situación.