La seguridad de miles de vecinos y trabajadores que cruzan a diario la autovía en Marbella depende de seis pasos elevados peatonales que presentan deficiencias estructurales, falta absoluta de mantenimiento y riesgos más que evidentes. A pesar de que su conservación es competencia exclusiva del Gobierno de España, dependiente del Ministerio de Fomento que dirige Óscar Puente bajo el mandato de Pedro Sánchez, la realidad es que no se está actuando y la situación se agrava cada año.
Los seis pasos afectados son:
1. Río Real
2. Costabella – junto al Club de Tenis
3. Costabella – acceso al camping Buganvillas
4. Costabella – junto al colegio English International College
5. Real de Zaragoza – frente a la residencia Tiempo Libre
6. Don Carlos – acceso al Hotel Las Chapas
Todas estas pasarelas presentan barandillas corroídas, tornillería inestable, zonas oxidadas, tablones o rejillas deterioradas, ausencia de repintado y señales prácticamente ilegibles. En algunos casos, según los informes trasladados por el propio Ayuntamiento, apoyarse en las barandillas supone un riesgo real para cualquier persona, especialmente niños y personas mayores.
Competencia del Estado… pero abandono total del Estado
El mantenimiento de la N-340, su arbolado, sus cunetas, su asfalto y sus pasos elevados es responsabilidad directa de Fomento. Así lo establece la normativa y así lo ha recordado el Ayuntamiento de Marbella en reiteradas ocasiones.
Sin embargo, el Gobierno de España mantiene una actitud pasiva, negligente y peligrosísima, más propia de un territorio olvidado que de una ciudad que aporta millones en impuestos.
Mientras tanto, la ciudadanía se pregunta lo obvio:
¿Cómo puede ser que el Gobierno recaude millones de euros en la autopista y en la gestión de carreteras, pero no sea capaz ni de repintar una pasarela o cambiar una barandilla oxidada?
La indignación aumenta cuando se compara este abandono con la presión fiscal que el propio Ejecutivo impone a los ayuntamientos, como ocurre con la tasa de basura o con el bloqueo de infraestructuras básicas como el tercer carril de la A-7 o el Tren Litoral.
La diputada socialista por Marbella mira hacia otro lado
Marbella cuenta con una concejala socialista que, además, es diputada nacional en el Congreso, cuyo trabajo debería ser defender a Marbella ante las incompetencias del Gobierno de Pedro Sánchez.
Pero ocurre exactamente lo contrario.
Ni exige inversiones, ni reclama actuaciones, ni impulsa mejoras. No fiscaliza, no protesta y no defiende a esta ciudad, limitándose a avalar el abandono al que el Gobierno somete a Marbella en materia de carreteras y seguridad vial.
Su silencio es especialmente grave teniendo en cuenta que el Ayuntamiento ya ha advertido por escrito a Fomento, alertando del deterioro de estas pasarelas y solicitando una actuación urgente. El Ministerio está informado, pero Pedro Sánchez y Óscar Puente no han hecho absolutamente nada.
Un riesgo inminente y evitable
La situación no es solo de abandono estético: es un problema serio de seguridad pública.
Cada día, cientos de escolares, trabajadores y familias utilizan estas pasarelas deterioradas para cruzar una autovía con tráfico intenso.
El peligro es real:
basta con que un niño apoye su peso en una barandilla suelta para que ocurra una tragedia.
Mientras el Estado recauda, pero no reinvierte, el Ayuntamiento se ve obligado a actuar como alerta permanente ante unas deficiencias que no son de su competencia, aunque afecten a la seguridad de los marbelleros.
Marbella exige lo básico: seguridad e inversión
Marbella no pide privilegios.
Pide lo elemental: que el Gobierno de España cumpla con sus obligaciones y que garantice la seguridad de sus pasos elevados, la limpieza de cunetas, el mantenimiento del arbolado, el repintado de señales y el asfaltado regular de la carretera.
Lo que hoy existe es un abandono palpable, generalizado y vergonzoso.
Mientras tanto, los vecinos siguen cruzando cada día unas estructuras que deberían ser seguras… y que hoy no lo son.







