La provincia de Málaga asiste con preocupación al avance imparable del conocido como ‘mal de la seca’, una patología forestal causada por hongos y agravada por la sequía prolongada, que está arrasando miles de pinos y afectando ya a encinas, alcornoques y otras especies de bosque mediterráneo. En al menos once grandes zonas forestales de la provincia, los técnicos ya alertan de que el daño es masivo y requiere una intervención urgente. Entre las áreas más vulnerables figura el entorno natural de Marbella, que podría verse seriamente afectado si no se actúa con rapidez.
Este fenómeno, que se extiende por la Axarquía, los Montes de Málaga, Sierra Bermeja y tramos del litoral occidental, provoca la muerte masiva de árboles, un aumento del riesgo de incendios forestales y la pérdida de biodiversidad a gran escala. Sin embargo, el Gobierno central sigue sin aprobar un plan específico para la provincia de Málaga, más allá de anuncios genéricos sin dotación presupuestaria clara ni cronograma de actuaciones.
Marbella, en el punto de mira
En Marbella, zonas emblemáticas como Puerto Rico Bajo, Elviria, Nagüeles o la Finca de La Caridad albergan grandes masas de pinar y vegetación mediterránea, que ahora se encuentran en riesgo si no se aplican tratamientos fitosanitarios, clareos y reposiciones con especies más resistentes. La falta de inversión del Ministerio para la Transición Ecológica en planes de conservación adaptados al cambio climático deja en manos de los ayuntamientos actuaciones que deberían ser coordinadas y financiadas a nivel estatal.
El Ayuntamiento de Marbella, que ya realiza intervenciones periódicas en sus montes y zonas verdes municipales, no puede afrontar en solitario un reto de esta magnitud, especialmente cuando los técnicos forestales advierten que el ritmo de decaimiento vegetal se ha acelerado en los dos últimos años. El municipio alberga más de 2.000 hectáreas de zonas forestales municipales, cuya conservación afecta directamente al paisaje, la lucha contra incendios y el turismo de naturaleza.
Falta de planificación estructural y apoyo institucional
La Junta de Andalucía ya ha reforzado sus presupuestos forestales y ha anunciado planes de reforestación, pero la respuesta estatal ha brillado por su ausencia. Ni el Gobierno central ni la ministra Teresa Ribera han dado respuesta a las peticiones expresas de los ayuntamientos malagueños, que llevan años alertando del problema sin recibir ni medios ni fondos.
Peor aún: la provincia de Málaga ha quedado fuera de las prioridades del llamado Plan de Restauración Ecológica Nacional, que ha destinado más de 200 millones de euros a otras regiones con menor grado de afectación forestal.
Mientras tanto, Isabel Pérez y Pepe Bernal, dirigentes del PSOE malagueño, han guardado silencio sobre la pasividad del Gobierno de Pedro Sánchez, al que deberían exigir una respuesta urgente. En lugar de pedir inversiones medioambientales, se limitan a hacer propaganda con cifras de empleo y a desviar la atención sobre los verdaderos retos que afronta el territorio.
Un riesgo creciente: más incendios, menos masa forestal
La pérdida masiva de árboles muertos por la seca deja a las sierras malagueñas y al entorno de Marbella en una situación crítica de cara al verano, con suelos secos, acumulación de biomasa y escasez de especies resistentes. Los expertos ya advierten que, si no se acometen clareos y replantaciones planificadas, se producirá un efecto dominó que aumentará los incendios y provocará el colapso de los ecosistemas naturales.
El Ayuntamiento de Marbella, en colaboración con la Junta, ya ha activado planes de mantenimiento de cortafuegos, vigilancia forestal y limpieza de cauces, pero es insuficiente sin apoyo estatal. “No se puede hablar de sostenibilidad desde un despacho en Madrid mientras se seca el campo en Málaga”, señalan fuentes municipales.
¿Qué se necesita?
• Un plan urgente estatal de refuerzo forestal para Málaga, con especial atención a las zonas costeras y periurbanas.
• Financiación extraordinaria para ayuntamientos como Marbella, que están afrontando solos la gestión del monte público.
• Sustitución progresiva del pinar afectado por especies más adaptadas al clima seco, como algarrobos, acebuches y encinas.
• Inversión en vigilancia y prevención de incendios forestales en zonas turísticas con alta densidad urbana.
La expansión del ‘mal de la seca’ es un nuevo ejemplo del abandono sistemático del Gobierno de España hacia la provincia de Málaga, incluso en temas tan esenciales como la conservación de su patrimonio natural. Mientras los bosques mueren y el riesgo ecológico crece, el PSOE mira para otro lado. Marbella y toda la Costa del Sol necesitan más que palabras: necesitan compromiso, financiación y acción inmediata.