Pedro Sánchez acaba de anunciar un plan de vivienda social que tardará años en funcionar en la práctica y que estará bastante limitado. En concreto, en Marbella será prácticamente inexistente pues dispondrá tan solo de 7 suelos. Y es que la intención del Partido Socialista es la de incorporar al parque público las viviendas que la Sareb (Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria), el popularmente conocido como ‘banco malo’, arrastra desde la crisis del ladrillo.
El problema es que en el caso de la Costa del Sol estas viviendas contabilizan escasamente 100 y pueden encontrarse en diferentes fases de tramitación, en proceso de comercialización o incluso ya habitadas. Ambos hechos llaman especialmente la atención, si tenemos en cuenta que esta zona es una de las urbes más tensionadas por las altas rentas en toda España.
Por tanto, en lo que a Marbella se refiere, esta medida no tendrá prácticamente impacto, algo que se extiende prácticamente por toda la provincia, como es el caso de Benalmádena que contará con 16 viviendas, Fuengirola con 9 y Torremolinos con 18, por citar algunos ejemplos.