El Partido Popular ha remitido un comunicado de prensa, a tenor de las palabras vertidas hoy por el alcalde de Marbella, José Bernal, en las que se pronunció sobre un expediente sancionador a una de las ediles de la formación, Carmen Díaz, por haber realizado unas supuestas obras en su domicilio asegurando que “son unas obras ilegales, sin licencia”. En dicha comunicación, el concejal del grupo municipal popular, Félix Romero, ha calificado de escandalosa la actitud de alcalde que ha anunciado un expediente sancionador contra la concejal Carmen Díaz, pese a que aún no se han resuelto las alegaciones que ésta presentó el pasado viernes.
Romero ha explicado que la edil del PP no ha hecho ningún garaje (la vivienda lo tenía desde que la adquirió hace más de 20 años), sino que únicamente ha instalado una puerta automática del mismo y ha procedido al revestimiento del motor, una obra menor de 6000 euros, que entendía no necesitaba licencia.
Posteriormente recibió una notificación de paralización y reposición de la realidad física alterada, cuando el revestimiento del motor ya estaba finalizado, y donde se le daba un plazo de quince días para presentar alegaciones. En tanto que la concejal considera que no ha contravenido ninguna norma urbanística, el pasado viernes registró sus alegaciones.
Es muy grave que, sin que se hayan resuelto estas alegaciones, que pueden estimarse o no, el alcalde informe a la prensa del expediente sancionador que se ha abierto contra la concejal, sin que la interesada haya recibido notificación alguna al respecto y sin que haya existido tiempo físico para resolver dichas alegaciones.
Es una utilización flagrante y desvergonzada de la institución para hacer confrontación política, ha señalado el representante de los populares, que ha dicho que el tripartito se ha instalado en una caza de brujas permanente, ante lo pobre de su gestión y lo débil de su gobierno.
Desde el PP estamos estudiando detenidamente todas las declaraciones del alcalde por si pudiera haber incurrido en algún tipo de delito, ante lo que consideramos un atropello indignante y un abuso intencionado y sin el más elemental respeto a la presunción de inocencia.