Cuando el pasado julio la imagen de la parte sur de Camilo José Cela sufría un cambio diametral en lo que hasta ahora había sido una vía de doble sentido, tenía un efecto inmediato, en forma de queja, de vecinos y hosteleros de la zona, que aunaban fuerzas recogiendo firmas, una medida que en apenas 24 horas logró recabar más de un centenar, que a día de hoy ha crecido hasta superar las 400 porque, aunque pasa más de un mes desde esta actuación, la medida llevada a cabo por el tripartito sigue generando polémica. Con esta premisa de malestar partía la instalación del carril bici, ejecución que incluso no contó con el apoyo de los residentes de esta zona, según recogía el escrito de la Asociación de Vecinos de Molino de Viento, precisando que los vecinos no habían solicitado carriles bicis en ninguna calle en concreto. Así, el PP, con el objetivo de que se llegue precisamente a un consenso para la elaboración de un Programa Municipal de Movilidad Sostenible para todo el Municipio, pedirá mañana en el Pleno extraordinario, la restitución a su estado original de la Camilo José Cela.
Irene Catalán
Y es que hay que recordar que la polémica en torno a esta actuación del tripartito no sólo salpicó al carril bici, sino que también fueron objeto de críticas los aparcamientos habilitados por el Ayuntamiento,en dicha zona, una medida que se llevó a cabo para compensar la pérdida de estacionamientos eliminados con el carril bici.
Al equipo de Gobierno no le quedó más remedio que rehacer de nuevo el tráfico, tras las críticas de los vecinos de la macrocomunidad de propietarios Los Cipreses del Mar, que agrupa a las comunidades de Edificios Náyade, Nereida y Poseidón. Este colectivo remitió un escrito al Ayuntamiento para manifestar su malestar por dicha reordenación, apuntando que los cambios se hicieron sin tener en cuenta al colectivo de residentes de la zona.
En total 175 plazas en Molino de Viento que, en un principio se diseñaron en batería, pero que poco después tuvo que cambiar su fisionomía al aparcamiento en línea, entre otras cosas, por el escaso espacio que quedaba libre para la circulación. De hecho, el estacionamiento de un vehículo de dimensiones superiores a un turismo, provocaba que la parte trasera del mismo sobresaliera de la delimitación de la plaza.