José Bernal, Blanca Fernández, Javier Porcuna o Isabel Pérez formaron el núcleo duro del PSOE durante la gestión del tripartito, unos nombres con los que vuelven a contar los socialistas con la esperanza de reeditar ese gobierno que contó con el apoyo de Opción Sampedreña y los partidos radicales de izquierdas, IU (que se integró en el equipo de Gobierno) y Podemos (que instrumentalizó su posición desde fuera del Gobierno).
El cabeza de lista, José Bernal, volverá a aspirar a ser alcalde de Marbella, pese a señalar en las elecciones de 2019 que serían las últimas a las que concurriría. Un Gobierno al que en apenas dos años no le faltaron las polémicas como el uso de la policía local montada para escoltar la boda de un amigo de Bernal, tal y como se recogió en la prensa nacional; las desavenencias con Stalirte, que llevó al festival a plantearse su salida de Marbella; o las denuncias entre el por entonces concejal de Seguridad, Javier Porcuna, y el ex jefe de la Policía Local, que terminó saliendo de Marbella, José Andrés Montoya.
También contará con Blanca Fernández, ex edil de Obras a la que se la recuerda únicamente por la actuación en avenida Nabeul, que se realizaron para evitar las inundaciones sin que se consiguiera en modo alguno cumplir con el objetivo, convirtiéndose el vial en un caudal con las primeras lluvias tras las obras. Además, Fernández ya estuvo envuelta en la polémica al conseguir la plaza de secretaria de dirección del consejero delegado de la empresa pública de aguas, Acosol, cuando la dirigía el socialista José Bernal. Blanca Fernández desempeñaba entonces el cargo de secretaria de organización en la ejecutiva local del PSOE de Marbella.
Otra de las polémicas fueron las adjudicaciones a dedo que se dieron a José Ignacio Macías, concejal del Partido Socialista y que repite también en la lista electoral, por valor de más de 50.000 euros y cuya legalidad de sus procedimientos se puso en duda, tal y como denunció el PP.
Un elenco de nombres con el que el Partido Socialista aspirará a conseguir gobernar en Marbella, aunque para ello vuelva a necesitar la unión de varias formaciones políticas, tratando así de emular el gobierno de Pedro Sánchez, golpeado continuamente por el enfrentamiento de los socios de coalición.