La portavoz socialista en el Ayuntamiento de Marbella, Isabel Pérez, ha lanzado nuevas acusaciones contra la alcaldesa, Ángeles Muñoz, intentando convertir en polémica política lo que en realidad es una oportunidad de futuro para la ciudad: dar un nuevo uso a la Residencia de Tiempo Libre.
Conviene recordar que este complejo fue concebido en tiempos de la Junta socialista para el disfrute exclusivo de los funcionarios de la propia administración andaluza. Durante décadas, la Residencia funcionó como un alojamiento subvencionado para trabajadores públicos, con precios irrisorios, pero sin generar ni riqueza ni el empleo estable que Marbella necesitaba. En otras palabras, era un recurso limitado a unos pocos, que no revertía en la economía local ni beneficiaba al conjunto de la ciudadanía.
Ahora, la Junta de Andalucía ha decidido dar un giro y poner este espacio de 20 hectáreas en el mapa económico, transformándolo en un auténtico activo para Marbella y San Pedro. Con esta operación se abre la puerta a la creación de cientos de empleos, a la atracción de inversión privada y a la generación de riqueza que repercuta en todos los vecinos, no solo en unos privilegiados.
Frente a esta visión de futuro, el PSOE se instala en la demagogia. Pérez habla de “privatización” y de “atropello”, pero lo que en realidad molesta al socialismo es perder un chiringuito que solo servía para unos pocos.
Además, la incoherencia del PSOE es clamorosa:
• Cuando gobernaban en la Junta nunca plantearon reconvertir el complejo en una solución habitacional o económica para la ciudad.
• No invirtieron en su mantenimiento ni en su modernización.
• Guardan silencio ante la falta de inversiones del Gobierno de Pedro Sánchez en Marbella: desde la liberación de la autopista hasta la conexión ferroviaria o las infraestructuras sanitarias.
Mientras tanto, la Junta del PP apuesta por dinamizar Marbella y darle un uso a un espacio que llevaba décadas languideciendo.
La realidad es que la operación sobre la Residencia de Tiempo Libre supone una apuesta estratégica para que Marbella gane competitividad y oportunidades. El PSOE, sin embargo, vuelve a situarse en el lado del bloqueo y la confrontación, defendiendo privilegios del pasado en lugar de pensar en el futuro de todos los marbellíes.