La labor de los jóvenes de Marbella sale de los puntos limítrofes de la ciudad. La investigación y el esfuerzo por alcanzar el objetivo de buscar nuevos materiales aplicados a la tecnología actual para que sea más sostenible y además más barata es lo que ha conseguido la joven marbellí de 34 años Rocío Ponce. Esta investigadora, que trabaja en el Departamento de Química Física de la Universidad de Málaga (UMA), se traslada cada día a su laboratorio de este centro, desde donde su proyecto ha conseguido alzarse con la beca L’Oreal- UNESCO `For Woman Science´. Hemos hablado con ella para conocer que ha supuesto para esta investigadora dicho reconocimiento.
Iñaki Díez
– ¿Qué supone para usted lograr la beca L’Oreal-UNESCO `For Woman Science´?
* Es un gran reconocimiento a mi carrera científica y a todo el esfuerzo dedicado durante muchos años. A su vez, es un gran impulso a mi proyecto de investigación, muy de agradecer sobre todo en momentos como los actuales, de grandes recortes a los presupuestos destinados a investigación.
– ¿Cómo ha sido el camino para llegar hasta donde ha llegado?
– Ha sido un camino largo y difícil, pero muy enriquecedor. Me licencié en Ingeniería Química por la Universidad de Málaga y me doctoré en Químicas por la misma Universidad. Durante el período de formación doctoral pasé 10 meses en Italia, EEUU y Nueva Zelanda. Tras obtener el doctorado en Químicas, pasé tres años en Northwestern University, EEUU (uno de ellos financiado por MINECO y los dos restantes por una prestigiosa beca europea Marie Curie), en el grupo del Prof. Tobin J. Marks (premio Príncipe de Asturias de 2008). En 2011 volví a la Universidad de Málaga, con un año de retorno subvencionado por la beca Marie Curie. Desde 2013, disfruto de un contrato Ramón y Cajal, financiado por MINECO, en la Universidad de Málaga.
– Suponemos que tiene que ser muy complicado lo que ha conseguido ¿Qué nos puedes contar acerca de tu investigación sobre la aplicación de nuevos materiales a la tecnología?
– Los materiales orgánicos que planteamos como alternativos al silicio son materiales basados en carbono. Una de sus características principales, es que es posible la modificación de los mismos ‘fácilmente’ mediante síntesis orgánica, de forma que podemos crear materiales con las propiedades que deseemos para una aplicación determinada, es decir, permite la creación de materiales ‘a la carta’. A su vez, son flexibles e incluso pueden llegar a ser transparentes, por lo que son idóneos para la electrónica y fotónica del futuro. Por último, permiten su procesamiento desde disolución, lo que abarata mucho el proceso de fabricación de dispositivos electrónicos y
fotovoltaicos. La idea es usar técnicas económicas como la impresión para fabricar los dispositivos, de forma que el proceso se podría asemejar a la obtención de una tirada de periódicos. El coste, por ejemplo, de células solares orgánicas sería mucho menor que las actuales inorgánicas y por tanto, la tecnología solar se haría mucho más popular, a la vez que podríamos llevarla a zonas más deprimidas del planeta. Con células solares plásticas y transparentes podríamos, por ejemplo, cubrir las ventanas de nuestra casa, de forma que durante el día permiten la entrada de la luz solar, pero a su vez, están almacenando energía para ser usada durante la noche.
– Ahora mismo ¿En qué punto de la investigación se encuentra y qué quedaría por delante?
– Llevo trabajando más de diez años en esta línea de investigación, dedicándome tanto al estudio más fundamental de estos materiales como, más recientemente, a la fabricación de dispositivos. Sin embargo, aún queda mucho por hacer y mi trabajo sólo aporta un granito de arena al gran esfuerzo dedicado, a nivel mundial, a esta problemática.
– ¿Son materiales conocidos que se usan frecuentemente o son totalmente novedosos?
– Los materiales orgánicos sí que son materiales conocidos, aunque se les están haciendo constantemente modificaciones para obtener las propiedades deseadas en cada momento y para cada aplicación determinada. A su vez se están continuamente sintetizando nuevas estructuras moleculares con la idea de obtener materiales mejorados. Actualmente existen ya dispositivos comerciales que podemos adquirir en nuestras tiendas habituales fabricados con materiales orgánicos. Un caso, conocidos por todos, son los nuevos televisores OLED (con diodos emisores de luz basados en materiales orgánicos).
– Hoy la tecnología está al alcance de casi todo el mundo como un bien de consumo ¿Es sostenible en la actualidad?
– La tecnología basada en silicio que se usa actualmente no es biodegradable. Dentro de los materiales orgánicos, podemos usar materiales biodegradables. A su vez, mediante la fabricación de células solares baratas, se aumentará indudablemente el uso de energías renovables para un futuro más sostenible.
– Las grandes empresas tecnológicas tienen en cuenta hoy en día aspectos como la sostenibilidad, el cuidado o el respeto al medio ambiente, pero ¿Les puede interesar también el asunto económico porque haría la tecnología más barata?
– Sí, yo creo que esta nueva tecnología le puede interesar a las empresas no sólo por la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente, sino también por el abaratamiento de los costes de fabricación.
– ¿Desde cuando le viene la pasión por la ciencia y el campo de la investigación?
– La ciencia me ha gustado desde siempre. Desde pequeña me interesaban mucho más las asignaturas de ciencias que las de letras. Sin embargo, mi pasión por la investigación no empezó
hasta acabar la carrera universitaria. Yo tuve la suerte de realizar mi proyecto fin de carrera en un grupo muy activo científicamente (grupo del que soy miembro actualmente), que me abrió la posibilidad de la carrera científica que ahora llevo a cabo.
– Casos como el suyo pueden animar a jóvenes de nuestro municipio o de otros a seguir por este camino ¿Lo ves así?
– Por supuesto, pero para ello hay que dar más difusión en colegios e institutos sobre la investigación puntera que se lleva a cabo en España. En definitiva, hacerles ver que es otra salida laboral muy interesante a tener en cuenta.