Las obras de la calle Huerta Chica han llegado hoy a su fin, tras seis meses de actuaciones en esta céntrica vía marbellí, ahora luce una nueva imagen semipeatonal, tras unas actuaciones que se han centrado principalmente en la mejora y renovación de la red de saneamiento, para solventar los problemas acarreados por el encauzamiento soterrado de Río Huelo. Pero ¿cómo han vivido los vecinos y comerciantes de la zona esta obra que se ha prolongado durante medio año” -un mes más de lo previsto-. La propia concejala de Obras, Blanca Fernández, reconocía “el pequeño calvario” que han estado padeciendo durante el desarrollo de la misma, aunque matizó que una vez que percibieron, “el grado de peligro que existía y que era una obra que no estaba dormida, en la que se trabajaba hasta altas horas de la madrugada para acelerarla para que llegara a buen término, junto con el cambio estético, creo que la percepción es bastante positiva”. Sin embargo, parece que no todos los comerciantes comparten esta opinión, algunos de ellos han lamentado el perjuicio económico que estas actuaciones les ha acarreado, en lo que a afluencia de clientela se refiere. De hecho, no culpan al ruido típico de una obra como el mayor de los problemas, sino que lo achacan a los cambios de acceso que se han sucedido durante el desarrollo de la obra. “Los clientes que no son de Marbella se han encontrado con la calle cortada y no sabían por donde acceder, por lo que he perdido ventas”, indicaba Reme Toro, propietaria de la tienda de ropa de niño ‘Caprichitos Mata’, quien se alegraba de que por fin haya finalizado sobre todo de cara a la Semana Santa, “donde esperamos que las ventas aumenten, tras medio año soportando la obra, por fin podemos volver a la normalidad”. Una opinión compartida también por el propietario de la mercería ubicada en calle Castillejos, quien asegura que durante todos estos meses “lo hemos pasado muy mal. Las ventas han bajado, los clientes no quieren soportar ruido, ni tampoco el polvo de una obra, además de que la calle cortada tanto tiempo nos ha supuesto un verdadero perjuicio. Esperemos que las ventas vayan mejor este año, porque ya el año pasado fueron muy malas”.
Justo enfrente de este mercería, se ubica la conocida pastelería Cantero. María José García, dueña de este establecimiento, reconocía la disminución de clientes a causa de la obra. “Nosotros somos un sitio de comida y con el polvo de la obra nos hemos visto afectados. Por fin termina porque sinceramente este mes me las he visto y deseado para pagar a mis empleadas”, lamentaba a este medio, de hecho alguna de sus trabajadores explicaba que el ruido ha supuesto también una verdadera carga. “Hubo un día en el que la máquina estuvo trabajando desde las ocho de la mañana hasta las nueve de la noche, fue desesperante”.
Pero más allá de los ruidos, la principal queja radica en como ha afectado a su facturación. Desde la bodega Callejón así lo lamentan, mostrándose aliviados de que por fin la actuación haya concluido.
El alcalde, José Bernal, acompañado de la edil de Obras, y también de vecinos, han inaugurado hoy la nueva imagen de la calle. Precisamente una de las residentes, Encarna Cantero, destacó que se hayan cumplido los plazo previstos, “y nos hemos quitado un riesgo muy grande”, en relación a la canalización del agua, al tiempo que mostró su agradecimiento por el resultado de la obra.
El proyecto de renovación y mejora de la red de saneamiento en calle Huerta Chica ha sido financiada por la concesionaria Hidralia, con un presupuesto de 1,1 millones de euros. El representante de Hidralia Carlos Corral explicó que se ha actuado sobre más de 700 metros de pavimentación y sobre 120 de renovación de tuberías, colectores de saneamiento así como el resto de servicios existentes. “El estado del colector era preocupante más allá de lo que preveíamos era fundamental esta actuación”, explicó. En este misma línea se expresó el alcalde destacando que con la obra se daba solución “a un problema endémico que existía en la zona, afectando incluso a la integrad física de los edificios”.