La excantante y presentadora de la televisión británica Cilla Black, de 72 años, cuyo cadáver fue hallado el pasado sábado en su casa vacacional del municipio, murió por un traumatismo craneoencefálico agravado por una larga exposición al sol, según recoge el informe de la autopsia. Aunque el forense del Instituto de Medicina legal de Málaga indicó que el origen de la muerte fue «violento», aclaró que se debió a un traumatismo en la cabeza que podría haberse producido tras una caída y que la víctima había sufrido otras caídas en días anteriores. Este traumatismo «no suele originar la muerte repentina», pero que puede producir una pérdida de consciencia que, dependiendo de las condiciones de salud de la persona y el contexto, «puede llevar a la muerte».
El médico recoge en su informe que la presentadora presentaba problemas de artrosis y osteoporosis y que el cuerpo permaneció expuesto al sol durante unas cuatro horas, todo lo que podría haber precipitado la muerte.
El golpe de calor «contribuyó a la muerte, aunque en forma no determinante». Así, la hipótesis más verosímil es que la presentadora, por alguna razón, perdió el equilibrio en la terraza, tropezó, cayó, volcando la mesa que tenía cerca y se golpeó la cabeza con la pared.