Agentes de la Policía Nacional, en colaboración con los equipos de FAST Bélgica, Luxemburgo y la oficina SIRENE en España, han detenido en Marbella al fugitivo más buscado de Luxemburgo, que era, además, uno de los más buscados por Europol, cuyos datos figuraban en la Europe’s Most Wanted. El arrestado cometió un espectacular intento de atraco a las oficinas centrales de una empresa de seguridad situada en la capital luxemburguesa. En dicho atraco, los autores llegaron a utilizar explosivos y efectuaron hasta 80 disparos con armas largas. La justicia de Luxemburgo le solicita al detenido una pena de 22 años de prisión.
CUMPLEAÑOS EN UN CLUB DE PUERTO BANÚS
El pasado 26 de octubre, los equipos FAST de Bélgica y Luxemburgo contactaron con la Policía Nacional para comunicar que el fugitivo podría encontrarse en la costa malagueña. En esos instantes comenzaron las investigaciones por parte de la Policía Nacional, que pudo averiguar que ese mismo día era su cumpleaños y que podría encontrarse celebrándolo en las inmediaciones de Marbella. Debido al poco tiempo de margen para actuar, se dio prioridad absoluta al caso y se establecieron los contactos pertinentes para su localización.
La detención se llevó a cabo pocas horas más tarde, durante la madrugada del 27 de octubre, cuando el fugitivo se encontraba en un club de Puerto Banús. Como medida de seguridad, y para tratar de evitar la acción de la justicia, el detenido portaba una carta de identidad francesa a nombre de otra persona.
ESPECTACULAR INTENTO DE ATRACO
La Orden Europea de Detención y Entrega interpuesta por las autoridades luxemburguesas se encontraba en vigor por delitos de tentativa de asesinato, tráfico ilícito de armas, municiones y explosivos, robo con violencia y uso de armas y pertenencia a organización criminal.
Durante la noche del 2 al 3 de abril de 2013, entre cinco y siete individuos fuertemente armados atacaron la sede de una compañía de transporte de dinero, ubicada en Gasperich (Luxemburgo). Los atracadores detonaron cargas explosivas en las puertas de acceso y, tras las detonaciones, atacaron los lugares de seguridad del interior con armas automáticas, aunque en ningún momento pudieron acceder al búnker donde estaba el dinero.
En el interior, los equipos de seguridad de la empresa, alertados por las primeras explosiones, no respondieron al ataque a la espera de la actuación policial. Unos minutos más tarde, tres patrullas policiales llegaron al lugar y, a unos 80 metros del lugar del asalto, fueron recibidos por ráfagas de armas automáticas. En total, recibieron un mínimo de 38 disparos. Aunque las balas no alcanzaron los vehículos de la Policía, sí impactaron en hogares cercanos sin ocasionar daños personales.
Al comprobar que el atraco no estaba saliendo como deseaban debido a que no pudieron acceder a la cámara acorazada, los autores huyeron a la carrera unos 200 metros, disparando en varias ocasiones hacía las patrullas de la Policía para cubrir su retirada. Posteriormente, montaron en dos vehículos de gran cilindrada que se encontraban a la espera y huyeron a toda velocidad.
De forma inmediata, la Policía de Luxemburgo estableció un sistema de vigilancia en todo el país, que dio sus frutos cuando una patrulla se cruzó con los dos vehículos de los autores en el momento en el que huían hacia Bélgica. Ante la reacción de los agentes, los autores actuaron como un comando militar al tenderles una emboscada en el interior de un bosque y dispararles docenas de veces con armas automáticas. El vehículo policial, que estaba a cien metros de distancia, fue alcanzado. Posteriormente, se contabilizó un mínimo de 47 disparos en el lugar de los hechos.
Cuando los refuerzos policiales llegaron al lugar, comprobaron que los autores habían abandonado uno de los vehículos, al que habían prendido fuego previamente. A pesar del despliegue de fuerzas en ambos lados de la frontera entre Bélgica y Luxemburgo, los autores consiguieron desaparecer entre los bosques.