La procesión de hoy refleja a la perfección la penitencia; en la jornada del Viernes Santo esta llega a su cima, con el negro como protagonista donde la Virgen de la Soledad transmite a sus devotos la pena más incontenible que la madre de Dios profesa en su rostro. El silencio, tan solo roto por las horquillas que marcan el paso de los 65 hombres de trono que la portan, es sin duda una de las imágenes más significativas que cada año se vive en Marbella durante el Viernes Santo. A las 22.00 horas partirá Nuestra Señora de la Soledad desde la Iglesia de la Encarnación, abriéndole el paso una comitiva que estará formada por medio centenar de mantillas de riguroso luto y 300 nazarenos que acompañarán a la Sagrada Titular en su dolor. Una hora antes de que la Virgen de La Soledad enfile su camino, lo hará su hijo, ‘El Yacente’ cuando la Hermandad Sacramental de Nuestro Padre Jesús Nazareno, María Santísima del Mayor Dolor y Santo Sepulcro, comience el recorrido desde la Casa Hermandad de esta cofradía. La imagen que sin duda protagoniza cada día esta jornada de Pasión corre a cargo de la Banda del Tercio Alejandro Farnesio 4º de la Legión, que desde la una de la tarde, y durante dos horas, custodiará al Cristo.
Aproximadamente a las 19:45 horas los miembros de la Junta de Gobierno y el piquete y banda de Guerra de la Legión, solicitarán la venia para el uso del Pendón de la Ciudad a las puertas del Ayuntamiento siendo recibidos por la Corporación Municipal. Una hora más tarde, a las nueve, se llevará a cabo su Estación Penitencial con el arranque del desfile procesional.
Así, esta noche viviremos el tradicional intenso Viernes Santo, en el que el Cristo Yacente estará portado por 65 hombres de trono, y acompañado por un centenar de nazarenos y 50 mantillas. Silencio y respeto serán los protagonistas, donde probablemente, será roto en aplausos cuando los legionarios entonen su famoso cántico ‘El novio de la muerte’ o bailen sus armas.
El Santo Sepulcro es una de las imágenes más señeras de la localidad, no en vano es posible demostrar que con anterioridad a 1697 ya existía la Hermandad de la Muerte y Santo Entierro de Cristo, al encontrarse testamento de dicha fecha donde se dona una cruz de procesión a dicha Hermandad. Existen numerosas referencias a la misma durante todo el Siglo XIX, quedando unida a la Hermandad del Nazareno en 1955 fecha en la que ésta refunda a la Hermandad del Santo Sepulcro en el seno de la misma.
Con respecto a la Virgen de La Soledad, hay testimonios documentales que remontan su fundación a 1670 cuando el Papa Clemente X le concede una Bula Pontificia con sus consiguientes privilegios. Vendrían otros dos más en el siglos sucesivos, una Benedicto XIV en 1748 y la de Pío IX en 1836, documentos que ponen de manifiesto el notable arraigo de la Hermandad de Nuestra Señora de La Soledad en la ciudad.