Marbella se despertaba ayer con un fuerte viento que fue cesando a lo largo de la tarde para abrir paso a la lluvia. La ciudad amanecía con cielos nubosos, aunque no fue hasta aproximadamente las 20.00 horas cuando rompía dejando importantes precipitaciones en el municipio.
Sin embargo, el protagonista de la jornada, sin duda, fue el viento que sopló con fuerza durante todo el día alcanzando una velocidad de hasta 40 kilómetros hora. Salvo los desperfectos propios de este tipo de inclemencias, la localidad no tuvo que lamentar ningún incidente. Fruto de este panorama meteorológico, el mar se pudo divisar revuelto dando lugar a grandes olas.