Marbella ha vivido hoy uno de esos días que quedará marcado en el calendario. El teatro de la ciudad, repleto de asistentes y admiradores, aguardaba la llegada de uno de los máximos representantes de la literatura. Mario Vargas Llosa iba a ser reconocido con el máximo título que un Ayuntamiento puede otorgar, el de Hijo Adoptivo de la Ciudad.
Irene Catalán
Bajo un manto de aplausos y con el público en pie, el premio Nobel de Literatura llegaba al interior del teatro, acompañado de su esposa, de la alcaldesa, Ángeles Muñoz y de la concejala de Cultura, Carmen Díaz.
Ésta fue precisamente quien presentó, con un monólogo lleno de sentimiento y reconocimiento, la figura de Vargas Llosa, sus hazañas, logros, y como no, su vinculación con la ciudad, a la que no falta cada verano desde hace treinta años.
Él mismo lo destacaba en su discurso, tras haber sido nombrado oficialmente Hijo Adoptivo de la Ciudad, cuando aseguraba que es un “visitante puntual” cada periodo estival a la localidad. Y es que tal como la definió en su monólogo, para él Marbella es un “paraíso escondido en la Costa del Sol” de la que seguiría hablando “allá donde vaya y allá donde viva”.
Enormemente agradecido al Ayuntamiento y a la ciudad se mostraba el literato tras recibir este nombramiento, en un reconocimiento donde se deja latente no sólo su indiscutible labor literaria, sino también su más que patente relación con Marbella y la propia vida de la ciudad.
Precisamente por ello, hoy se le ha rendido este más que merecido homenaje, y es que tal y como lo indicó la alcaldesa, Vargas Llosa ha elegido Marbella para pasar sus veranos durante las últimas tres décadas “y hoy es Marbella la que te elige a ti”.
Con este título, la ciudad le devuelve a Vargas Llosa, de una manera tangible, “que hiciera suyo este rincón en el mundo” de una ciudad tan cosmopolita y abierta como es el municipio marbellí.
En ella, el autor de ‘El héroe discreto’ ha hecho “muchos amigos y es donde “paso probablemente las tres mejores semanas del año, donde sólo hago las cosas que me gusta. Y todo eso me lo ha dado Marbella”, destacaba el autor, quien además se mostraba visiblemente emocionado por este nombramiento.
Y esta vinculación en el día a día de la ciudad pudo comprobarse en todas las instantáneas que se sucedían en un video homenaje proyectado durante el acto, y en el que diversas personalidades del mundo de la cultura daban la enhorabuena al escritor por su nombramiento como Hijo Adoptivo de la Ciudad.
El broche final a este ya histórico e irrepetible día en Marbella, lo puso él mismo, Mario Vargas Llosa, estampando su firma en el Libro de Honor, donde junto con sus letras, su presencia quedará reflejada para la eternidad.