El Ayuntamiento de Marbella ha rendido un “merecido reconocimiento”, a título póstumo, a Manuel Haro Haro, asignando su nombre a una “emblemática glorieta de nuestra ciudad”, ha expresado la alcaldesa, Ángeles Muñoz, quien ha presidido el acto en el que han participado familiares y amigos del homenajeado. “Hoy es un día señalado porque rendimos tributo a una de las personas más queridas de nuestro municipio por su forma de ser, por estar siempre dispuesto a ayudar y por su implicación con nuestra localidad, siendo una persona generosa y en la que se podía confiar”.
Muñoz ha subrayado que la pérdida de Haro hace algo más de un año “ha dejado un hueco en la ciudad imposible de reemplazar”. “De familia marinera, entregó toda su vida al mar y a nuestra ciudad, prestando siempre su ayuda a quién lo necesitaba”. “Una persona cercana, humilde, muy trabajadora, luchadora y emprendedora, que tuve la suerte de conocer cuando se encontraba al frente de la Cofradía de Pescadores, con el objetivo siempre de mejorar las condiciones de vida de sus compañeros”, ha señalado.
“También será recordado por su pasión por la Virgen del Carmen, logrando que fuese proclamada Patrona de nuestra ciudad o recuperando la tradición del Rosario de la Aurora”, ha apuntado la primera edil, quien ha resaltado que Manuel Haro “se ha convertido por méritos propios en parte de Marbella y esta glorieta, conocida hasta ahora como la de los tres barcos, cercana al mar, es lo menos que podíamos dedicar desde el Ayuntamiento para mantener viva su memoria”.
Por su parte, Raúl Domínguez, miembro de la Junta de Gobierno de la Hermandad de la Virgen del Carmen, también ha dedicado unas palabras sentidas a Manuel Haro, conocido como ‘El mojao’, en las que ha resaltado que “siempre estaba dispuesto a ayudar y era feliz haciendo felices a los demás”. “Es difícil que alguien de Marbella no lo conozca y destacó por muchos logros para la ciudad, lo que le hace más que merecedor de este reconocimiento”, ha afirmado. Por último, el párraco de la Iglesia Nuestra Señora de la Encarnación, José Antonio Sánchez, ha resaltado también “ese difícil don que tenía Manuel de que todo el mundo le quería y hablaba bien de él”.