El reciente corte de la conexión ferroviaria hacia Málaga está generando un fuerte malestar en la ciudad, que vuelve a sentirse castigada por la falta de compromiso del Gobierno central. La interrupción del servicio no solo afecta a residentes y visitantes, sino que pone de relieve la carencia histórica de infraestructuras que sufre Marbella y que ningún Ejecutivo ha querido resolver.
El sector turístico, motor de la economía local, ha mostrado su indignación. Hoteleros y empresarios coinciden en que esta situación reduce la competitividad de Marbella frente a otros destinos de la Costa del Sol, precisamente en un momento en el que la ciudad compite por consolidarse como referente internacional. “La falta de un enlace ferroviario ágil con Málaga y su aeropuerto internacional es un lastre que nos aleja de la modernidad”, señalan.
Los trabajadores y estudiantes marbellíes que se desplazan a diario hasta la capital son los grandes damnificados. La supresión del tren les obliga a afrontar trayectos más largos, caros y menos sostenibles. “Es inaceptable que en pleno 2025 una ciudad como Marbella siga condenada al aislamiento ferroviario”, denuncian colectivos vecinales.
El malestar se extiende también al plano político. Se reprocha al Gobierno central su inacción histórica: Marbella es la única gran ciudad de España sin conexión ferroviaria directa, una reivindicación planteada desde hace décadas y sistemáticamente ignorada en los Presupuestos Generales del Estado. La promesa de estudiar una prolongación del Cercanías desde Fuengirola nunca pasó del papel.
Mientras tanto, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento reclaman soluciones urgentes, advirtiendo que la paciencia de los marbellíes se agota. “El corte de trenes hacia Málaga no es solo un problema coyuntural: es el reflejo de un abandono estructural por parte del Ejecutivo de Pedro Sánchez que sigue condenando a Marbella a un atraso inaceptable”, concluyen desde distintos sectores sociales y empresariales.
