Las playas de Marbella y de toda la Costa del Sol vuelven a sufrir las consecuencias del abandono del Gobierno de Pedro Sánchez, que sigue mirando hacia otro lado mientras los ayuntamientos malagueños se ven obligados a afrontar con sus propios medios la retirada de miles de toneladas de algas que llegan sin descanso a las costas.
En las últimas semanas, el litoral marbellí ha tenido que redoblar esfuerzos humanos y económicos para mantener las playas en condiciones óptimas para vecinos y turistas, con un coste que se dispara día a día. Ni el Ministerio para la Transición Ecológica ni la Subdelegación del Gobierno en Málaga han activado ningún tipo de ayuda ni plan especial, pese a las reiteradas solicitudes del equipo de gobierno del Partido Popular en Marbella.
Mientras tanto, desde el Ejecutivo central y sus representantes en la provincia, como la diputada socialista Isabel Pérez, se guarda un silencio cómplice e incomprensible ante un problema que afecta directamente a uno de los principales motores económicos de la Costa del Sol: el turismo. Pérez, más preocupada por defender a Pedro Sánchez y asegurar su continuidad política en Madrid, que por las verdaderas necesidades de su tierra, no ha movido un solo dedo para exigir fondos extraordinarios o medidas urgentes que alivien la carga económica de los municipios.
Fuentes municipales confirman que el Ayuntamiento de Marbella ha tenido que reforzar los servicios de limpieza y contratar maquinaria adicional para retirar los cúmulos de algas y trasladarlos a planta, con el coste añadido del transporte y el tratamiento de residuos, que supera los cientos de miles de euros. Todo ello sin recibir una sola ayuda del Estado, a pesar de que el fenómeno afecta a toda la franja litoral andaluza.
Desde el Ayuntamiento se recuerda que, en anteriores ocasiones, se han remitido informes técnicos detallados y peticiones formales al Gobierno central para que asuma su responsabilidad en una cuestión que trasciende el ámbito local. “Estamos ante un problema ambiental y logístico de escala nacional, que el Gobierno de Pedro Sánchez ignora sistemáticamente”, señalan desde el consistorio.
La situación es especialmente sangrante si se tiene en cuenta que el Ministerio de Transición Ecológica mantiene paralizados proyectos esenciales para la estabilización del litoral, como los espigones de San Pedro Alcántara, prometidos una y otra vez y aún sin presupuesto ni licitación real.
Mientras el Ejecutivo socialista se dedica a vender promesas vacías, los ayuntamientos como el de Marbella siguen soportando en solitario el peso de la realidad, destinando recursos municipales a trabajos que deberían contar con apoyo estatal.
El resultado: un verano más, los municipios turísticos pagan las consecuencias de un Gobierno ausente, incapaz de responder ante los retos medioambientales, y unos representantes socialistas locales que prefieren mirar hacia otro lado antes que alzar la voz contra Sánchez.
Marbella, que cada año invierte millones en la limpieza, el mantenimiento y la calidad de sus playas, demuestra una vez más su compromiso con la excelencia turística, frente a un Gobierno central que solo se acuerda de la Costa del Sol cuando llega la temporada electoral.