La séptima etapa del Tour tuvo protagonismo español de la mano de Luis Ángel Maté. El marbellí del Cofidis pasó más de 180 kilómetros en fuga, para terminar siendo cazado a sólo nueve kilómetros de la llegada. Tras llegar a meta, Luis confesó haber disfrutado de la jornada: “He tenido la oportunidad de pasar un gran día. Siempre que se está delante, sea cual sea el final, es un día positivo. He disfrutado muchísimo, he tenido protagonismo y he buscado una victoria que sabía que era difícil por el control de los velocistas. Pero por mí, y por mis compañeros de fuga, no ha quedado”, explicó el ‘Lince Andaluz’ que, además, ha incidido en el numeroso público presente: “Hemos llegado a la Bretaña francesa. Es un terreno genial, porque todo el mundo entiende de ciclismo. Esto es un santuario para nuestro deporte y es un lujo correr aquí”.
Redacción
Además, el corredor del Cofidis ha destacado la necesidad del equipo de reivindicarse después del varapalo sufrido el pasado miércoles con la caída y abandono de Nacer Bouhanni: “Venían tres días muy importantes. Por el equipo, el patrocinador y porque habíamos preparado mucho este Tour con Nacer. Su marcha fue un palo, pero esta es la mejor forma de levanta cabeza”.
Precisamente hoy hace un año que Maté subió, por primera vez en su carrera, al podio del Tour de Francia como corredor más combativo de la sexta etapa. Una efeméride que no ha podido repetir hoy, aunque tampoco le da mayor importancia: “La combatividad es un premio que se agradece, claro, pero no es lo que iba buscando. Quería intentar la victoria de etapa. No ha podido ser, pero lo seguiré intentando. Yo, y todos mis compañeros”, ha comentado.
Por último, Luis ha señalado la etapa de mañana sábado como “el último escollo” a salvar antes de que llegue la montaña: “Todos los favoritos estarán con las orejas tiesas. Volverá a ser un día de nervios, y las caídas vuelven a ser una verdadera amenaza. El domingo llegará la crono por equipos y, después, la montaña”, ha concluido.