Mientras muchos municipios se ven obligados a aplicar fuertes subidas, Marbella logra minimizar el impacto gracias a la planificación y la apuesta medioambiental impulsada por la alcaldesa Ángeles Muñoz
La subida generalizada de la tasa de basura ha provocado una auténtica oleada de críticas en toda España. Ayuntamientos de todos los colores políticos denuncian que el Gobierno de Pedro Sánchez les obliga a repercutir el 100 % del coste del servicio de recogida de residuos sobre los vecinos, pese a que la Unión Europea no exige esta medida con carácter inmediato. En medio del descontento nacional, Marbella se ha convertido en un ejemplo de gestión eficiente y previsora, al haber conseguido amortiguar el impacto económico gracias a una estrategia medioambiental sostenida y planificada desde hace años.
Marbella, ejemplo de anticipación y sostenibilidad
Mientras muchos municipios españoles se ven abocados a aplicar subidas de dos dígitos en el recibo de la basura, Marbella ha logrado minimizar el efecto del “tasazo” de Pedro Sánchez gracias a una política clara y responsable en materia de limpieza y reciclaje. El Ayuntamiento lleva años aplicando medidas que han reducido de forma notable la generación de residuos de fracción resto, evitando que toneladas de basura tengan que ser tratadas con coste directo para las arcas municipales.
Una de las actuaciones más destacadas fue la gran renovación del parque de contenedores emprendida por la alcaldesa Ángeles Muñoz, con la instalación de más de 4.000 nuevos recipientes destinados al reciclaje (envases, vidrio, papel y orgánica). Esta inversión ha permitido mejorar la recogida selectiva y fomentar la separación en origen, multiplicando las toneladas recicladas y reduciendo al mismo tiempo los residuos que van a vertedero. Cada kilo que se recicla no supone gasto para el Ayuntamiento ni para el ciudadano, lo que convierte la gestión ambiental de Marbella en un modelo de sostenibilidad y eficiencia económica.
Un “tasazo” que castiga a todos los municipios
La medida del Gobierno central ha encendido las alarmas en todo el país. El Ministerio de Hacienda obliga a los ayuntamientos a actualizar las tasas hasta cubrir el 100 % del coste real del servicio, bajo amenaza de sanciones si no se cumple la norma. Sin embargo, el propio texto europeo que el Ejecutivo utiliza como argumento no obliga a aplicar este criterio de forma inmediata ni homogénea, lo que ha llevado a muchos alcaldes a acusar al Gobierno de falta de transparencia y de sensibilidad hacia los municipios.
El vicesecretario nacional del PP, Elías Bendodo, lo resumía con claridad: “Europa no lo pide, sino que la impone Pedro Sánchez. Es otra fechoría y otro ataque más a los ciudadanos”.
El ciudadano, el gran perjudicado
En ciudades con menos planificación ambiental, los vecinos ya notan el impacto en sus bolsillos. Municipios medianos y grandes, desde Galicia hasta la Comunidad Valenciana, se han visto obligados a aplicar subidas históricas en los recibos de basura para no ser penalizados. “Es una medida injusta e improvisada, que castiga tanto a los ayuntamientos responsables como a los vecinos que cumplen”, señalan desde la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).
En el caso de Marbella, sin embargo, la subida ha sido mínima y puramente técnica, con el único objetivo de cumplir la normativa estatal sin trasladar un incremento real al contribuyente. Fuentes municipales subrayan que “si el Gobierno no impusiera este tasazo, Marbella no tendría que subir ni un céntimo. Pero la ley de Pedro Sánchez nos deja sin margen”.
Una gestión que da resultados
Los datos respaldan el modelo marbellí: en los últimos años se ha registrado un notable incremento en los niveles de reciclaje, tanto en envases como en papel, vidrio y materia orgánica. Además, el municipio participa en acuerdos con sistemas integrados de gestión como Ecoembes y Ecovidrio, lo que genera ingresos y compensaciones económicas que ayudan a equilibrar el coste del servicio.
A ello se suman las campañas de concienciación ciudadana y la ampliación de rutas de recogida selectiva, que han permitido mantener la ciudad limpia, moderna y comprometida con el medio ambiente, incluso en un contexto económico adverso.
Marbella demuestra que otra gestión es posible
Frente a un Gobierno que descarga en los ayuntamientos el coste de sus decisiones, Marbella demuestra que la planificación, la inversión y la responsabilidad dan resultados reales. El modelo de gestión de residuos implantado por el Ayuntamiento no solo protege el medio ambiente, sino también el bolsillo de los ciudadanos, en contraste con la improvisación y el castigo fiscal que suponen las políticas de Pedro Sánchez.

                                    





